La endeblez defensiva que transmite este Levante es cada partido más molesta. Como la humedad, una vez que ha calado, no hay manera de quitársela de encima. Ya puede marcarse Rochina un golazo, y el equipo una primera media hora propia de LaLiga Santander, que la sensación y la realidad no varían: el disgusto acaba llegando. Y Con el Betis ya a la vuelta de la esquina, ese es mal síntoma.

El Zaragoza no perdonó y llevó el XLVIII Memorial Carlos Lapetra a los penaltis este sábado. Hasta el desenlace fue el mismo que en Albacete. Aitor, como el miércoles Oier, se apropió del trofeo con dos manos. No tienen más ni los porteros ni Paco López, quien trabaja a destajo para encontrar soluciones pero empieza a notar el peso de los goles encajados.

Aitor evitó más sustos

El de La Romareda se gestó en un robo maño y la posterior carrera de Benito a la espalda de Toño, la cual ganó tan alegremente como remataría después su centro al área Pombo. Este, en una posición acrobática, pero solo, haría el 1-1 a los 34 minutos. Lo había evitado Aitor unos instantes antes, después de una acción individual de Marc Gual, como impediría el segundo justo antes del descanso: el vasco abortaría in extremis un remate del goleador local con su salida.

Como buen amistoso de verano, a partir del descanso y del carrusel de cambios, poco o nada hubo que destacar. El Zaragoza dominó y los granotas se acercaron regularmente con peligro a la portería de Cristian. El peligro, sin embargo, lo habían acumulado ambos equipos previamente. Los locales, merced a errores en la marca, desajustes posicionales o pérdidas injustificables granotas: hay que anotar una en el debe de Toño y otra en el de Coke.

Rochina, desatado

Hasta su sustitución, Rochina estuvo desatado en sus golpeos desde la frontal y a la hora de habilitar a sus compañeros entre líneas. La calidad del de Port de Sagunt no se discute. La variedad y el potencial de los recursos ofensivos del equipo, tampoco. En un abrir y cerrar de ojos, a los 16 minutos, Rubén cazó la pelota al borde del área y la envió a la mismísima escuadra. Ya van tres plenos en la diana como granota, contando su epílogo del pasado curso en Vigo y el de este verano contra el PEC Zwolle.

La primera opción de gol real legaría a balón parado, por mediación de Coke. El vallecano probó de cabeza, como después lo haría Dwamena en un par de ocasiones con la zurda. La evolución del ghanés no hace sino acentuar cuál es ahora mismo el mayor problema.