Detrás del Quico presidente que ha anunciado el adelanto de las elecciones y la prórroga de su mandato está el Quico persona. Un granota que se las ha visto de todos los colores y que antes de tomar la decisión de alargarse hasta 2024 por poco no se lo deja. Alguien que de tan cómodo que está hablando en clave levantinista termina por revelar sus secretos.

Manda narices que el anuncio llegue tras la que por los pelos no fue la peor derrota en casa en Primera.

Sabía lo que se iba a dar después del partido y sinceramente creo que era el mejor momento. Entendí que no podía condicionar una cosa a la otra por muchos motivos. Si desviaba un poco la atención del resultado, creo al vestuario le podía venir bien. Por respeto, y ya que aguantamos unos días sin que trascendiera, entendimos que para la imagen de club esta era la mejor manera.

¿Cuándo toma la decisión?

Durante el verano vas calibrando cuál era el mejor momento y lo que quería es que fuese en el primer Consejo después del mercado.

¿Pero cuándo verdaderamente su decisión ya no tiene vuelta de hoja?

Entre diciembre y noviembre del año pasado hay ciertos proyectos como la Ciudad Deportiva y la remodelación del estadio que piensas que van a tener un timing y luego es diferente porque ya no sólo depende del club. Hay decisiones, por tanto, que le corresponden a un Consejo que debe estar plenamente legitimado y respaldado. En primavera empiezas a valorar la situación y te das cuenta de que ¿por qué no?.

¿Qué hizo 'click' en su cabeza para no marcharse como decía en 2019?

Son muchas circunstancias, pero sobre todo es el corazón y la cabeza. Es la que te imprime la fuerza para seguir o no. Dentro de la dificultad de estos nueve años, porque el día a día del club es muy exigente, al final lo que te lleva a tomar esta decisión es que te sientas fuerte e ilusionado para asumir este reto. Para mí hay, eso sí, una circunstancia especial. He notado mucho el cariño de la gente y de amigos que te invitan a reflexionar si tu final en el Levante UD tiene que ser en esa fecha. Esa ilusión en otros momentos no la he tenido. Sí he pasado momentos de flaqueza que me han invitado a replantearme las cosas. Conozco el fútbol por dentro y sé que no tiene memoria. La gente te va a evaluar por decisiones muy puntuales y lo que impera es el corto plazo... A lo mejor dentro de 20 años se valora lo que hemos hecho y hoy aún no.

Al final, como presidente, las ha vivido también de todos los colores.

Sí. Tu estás ahí sentado, miras la grada y dices: «Un domingo con el sol que cae, 21.000 espectadores». Es increíble la respuesta de la gente y una gran satisfacción. Decisiones que tomamos hace unos años a nivel social ya están dando sus frutos.

En sus primeros años llegó a fijar el objetivo de socios en 15.000...

Es uno de los mayores regalos que este Consejo va a dejar en el club. Hemos conseguido regenerar nuestra masa social para lo bueno y para lo malo. Porque esta masa social nueva es más exigente que la anterior. Por suerte para ellos no han vivido otra cosa que la Primera División salvo el año del descenso. Mis hijos, Lucía y Javi, no entendían que fuéramos últimos. Les expliqué entonces que, en más de cien años de historia, sólo habíamos estado unos pocos años en Primera. Si no lo valoramos le hacemos un flaco favor a este escudo. Esa regeneración aumenta la exigencia. Es peligroso porque perdemos la perspectiva de dónde venimos, pero es un orgullo ir por la calle y que ya no sea de extrañar ver camisetas del Levante llevándolas niños y adultos.

Precisamente por ser el Club de los Niños, ¿no se puede hacer algo más con el tema de los horarios?

Fui el primero que cuando se instauró el horario de las 12:00 en Primera, que era un drama, levantó la mano para que el Levante jugara a esa hora. Veníamos de una época en la que éramos muy televisados a mediodía en Segunda y vimos que el flujo de gente en el estadio era positivo. LaLiga lo sabe y te lo dice. Si hay partido a las 12:00, el Levante va a decir sí siempre. Eso no significa que en agosto o este domingo sea el mejor horario. En ese sentido sí que peleamos para potenciar que ciertos horarios nos beneficien más a nosotros que a otros. Para nosotros horarios menos buenos son los sábados por la tarde, con datos. Posiblemente por el perfil de abonado, gente más trabajadora. En los dos últimos partidos en casa, tampoco me importa reconocerlo, no hemos podido conseguir que el partido se cambie de hora. Los argumentos de LaLiga han imperado y lo único que podemos hacer ahí es respetar.

Igual que hay futbolistas que rechazan propuestas de otros clubes, usted también ha priorizado el Levante por delante de otras opciones, por ejemplo la de irse a la Federación.

El proyecto del Levante es super atractivo y nos tiene que enorgullecer. Seguramente eres más valorado fuera que en casa. El Levante es muy valorado fuera de la ciudad. Y también en ella. En València el Levante tiene el respeto de la gente tanto del fútbol como no. Por la calle se me acerca gente que me dice: 'Quico, yo soy xoto, pero me encanta lo que estáis haciendo con el Levante'. No tienes los millones ni la trayectoria o los trofeos que otros, pero la gestión del día a día está llena de intangibles para marcar diferencias.

Es un hecho que la marca Levante tiene una reputación muy positiva.

Es una marca atractiva en el ámbito deportivo para el futbolista y de gestión en el ámbito empresarial. Y también socialmente. Muchos presidentes me comentan que en política de abonos somos agresivos y nos ponen como ejemplo.

Eso también cuesta dinero.

Es una inversión en capital humano a futuro. Mientras el Levante tenga una masa social estable aparecerán aficionados y el club estará vivo y creciendo. Tenemos la obligación de crecer. Es un momento en el que en el fútbol profesional todos estamos creciendo y evolucionando y hay que pelear más para diferenciarse. Hace ocho años subimos a Primera cuando nadie lo imaginaba y éramos como el Huesca de hoy, o el Leganés o el Eibar.

El Levante es el duodécimo presupuesto de Primera División.

También se ha dado la coyuntura del traspaso de Lerma. Pero al final lo bonito del fútbol español ahora es que hay más casos Levante que cuando llegan a Primera quieren quedarse, como todos. Es normal que sea atractivo este club y que todas las personas que hacemos posible esto seamos bien vistas por otros.

Uno de los puntos fuertes, además de la Ciudad Deportiva, es el proyecto es el fútbol base. Ha habido jugadores que no se ha podido evitar que se vayan al Real Madrid, aunque sí se ha quedado Blesa y la cantera hoy en día está en muchas categorías por delante de Valencia o Villarreal, algo que parecía años atrás impensable.

La pena de esta historia es que al final equipos como Madrid, Barcelona o Valencia te puedan quitar jugadores. En clubes profesionales debería haber mayor respeto a la hora de captar a cierto perfil de jugador. El futuro del Levante a nivel deportivo debe pasar por tener una escuela cada vez más potente. Estos años hemos invertido fuerte. El nivel de exigencia es cada vez mayor... No cualquiera hoy puede ser entrenador del Alevín C del Levante. Si no llegan jugadores al primer equipo la gente no lo valora, pero estamos compitiendo a un alto nivel en todas las categorías y en muchos casos miramos a Valencia y Villarreal de tu a tu. Ojalá todo eso lleve a jugadores al primer equipo como Jason, Iván López, Roger o Morales. Ése tiene que ser nuestro gran objetivo.

También se ha apostado para que el Femenino vuelva a ser campeón.

La apuesta es hacer un proyecto atractivo que dure en el tiempo y que estratégicamente hemos entendido que era el momento clave para hacerlo. Este equipo fue el primero en representar a España en Europa y tenemos la responsabilidad de recuperarlo. Sabemos de la dificultad porque hoy hay dos máquinas importantes como Barcelona y Atlético con una apuesta económica alta.

A los cuales ha quitado jugadoras.

El objetivo es competir por todo y que no pasemos inadvertidos. No es una obligación ser campeonas.

La apuesta por el resto de secciones también va a más. Venimos de un partidazo en el fútbol sala.

En verano de 2009 empezamos con el Levante Masclets, un proyecto social y muy chulo. Aquel movimiento estratégico no podías ni imaginar que iba a tener el resultado que ha tenido. El fútbol sala estaba en Segunda B. El Masclets es el germen de lo que hoy es EDI y Di_Capacidad. Y luego tenemos el proyecto del balonmano, fútbol playa... Al final es un proyecto social que a través del deporte enriquece la marca Levante. El aficionado del fútbol se preocupa hoy del resto de secciones y siente también el proyecto suyo.

¿El nuevo mandato que va a renovar lo cumplirá entero?

Después de haber dicho que en 2019 no sigo... Lo que tengo claro es que en el momento en el que me falte esa ilusión necesaria para asumir este honor que es ser presidente del Levante, que tiene un alto coste familiar y personal, no puedo seguir, se haya cumplido o no mi mandato. Como levantinista no puedo tener a un presidente ejecutivo que no esté a full. El Quico levantinista no puede permitir a ese Quico presidente.

Cinco años más parece tiempo suficiente para terminar la Ciudad Deportiva y la remodelación del Ciutat.

Espero que sí, es nuestro deseo. Al final esta empresa, y voy a usar un término manido, no es de tornillos. Es un club de fútbol en el que hay de por medio un sentimiento y un balón. Las decisiones empresariales muchas veces no puedes llevarlas a cabo porque el balón no entra. Vamos a poner todos los medios para que el balón entre y si lo conseguimos la lógica dice que el Levante en los próximos años va a desarrollar esos proyectos como tiene pensado. Si no entra el balón hay que echar el freno de mano.

¿Aumentará el aforo del Ciutat?

Sinceramente en estos momentos no puedo decir que sí. Si pudiera aumentar algo sería ideal a nuestro criterio. Lo que sí pretendemos cambiar es la tipología del asiento. Somos un estadio que tiene escasez de oferta a nivel de cierto perfil de entradas no VIP pero sí de hospitality que otros campos tienen. Si podemos aumentar fenomenal y si no tampoco creemos que sea necesario. Sí que buscamos que sea un estadio superbonito, cómodo y que te genere unos recursos económicos, porque hoy no te genera nada.

¿Puede costar hoy una acción del Levante UD cerca de 1.000 euros?

No sabría decir, no estoy capacitado para eso. Pero cuando se hace un trabajo de esta magnitud, profesionales de la materia ponen todas las variables del club, buenas y malas. Las buenas son más buenas tras el traspaso de Lerma y las malas menos malas. Lo dije hace muchos años y el tiempo me está dando la razón, que este club tiene muchísimo potencial y ahora más si cabe. Lo que valga el club es relativamente importante porque para mí la intención de nadie del entorno cercano es que alguien lo compre. Sí que es muy relevante, en cambio, a la hora de sentirnos orgullosos de ver cómo está creciendo. Mercantilmente el accionista se tiene que sentir muy contento. Cuando entramos la acción no valía ni el papel y ahora tiene un valor.

Hablando del potencial tan grande del club, ¿cuál debe ser realmente el deportivo del equipo?

Tiene que ir ligado al potencial del club. Creo que es más fácil, siempre y cuando consigamos los mínimos de seguir en Primera, crecer como club que deportivamente. Al final estar entre los seis primeros clasificados de la Primera División es harto complicado.

¿Pero es o no es una utopía pensar que el hábitat natural del Levante esté más arriba, en zona europea?

No una utopía, pero tampoco una obligación. No sé si lo he dicho alguna vez, pero lo voy a decir ahora. Yo, todos los partidos que jugamos de la Europa League, todos, absolutamente todos, lloré. Lloré de felicidad y de satisfacción. Cuando se ponía el himno no sé qué me pasaba que me derrumbaba... Me acuerdo perfectamente en Helsingborg, cuando matemáticamente nos clasificamos para la siguiente fase, que lloré abrazado a Manolo Salvador. Lo bonito de la Europa League es que veía los partidos de pie, sin protocolo, íbamos a disfrutar cada partido. Y eso es tan bonito que soy el primero que no va a quitarle a nadie esa ilusión. No vendo motos: la ilusión del Levante es volver a vivir ese momento, pero tenemos que ser conscientes de que el mayor regalo es estar en Primera División. ¿A cualquier precio? No. Pero que disfrutemos de las cosas. Y no pensemos que por estar en el nivel 12 del fair-play sí o sí nos tenemos que quedar en Primera. El año pasado bajaron equipos con más dinero que nosotros. Hace escasos años un club que trabaja fenomenal como es el Villarreal tuvo la mala fortuna de descender. Nosotros hace 20 años estuvimos en Segunda con el Atlético de Madrid. En Segunda están ahora el Zaragoza, campeón de la Recopa, el Tenerife, el Málaga... Hay que poner en valor lo importante que es estar en Primera División. Tenemos que ser realistas porque hoy se está demostrando que salvo dos o tres equipos es muy difícil ganar los partidos. Yo no quiero quitarle la ilusión a nadie, pero tenemos que ser sensatos.

¿Y ambiciosos?

Por supuesto que sí. Pero no olvidaré aquella noche en Málaga ni cada partido en Segunda. No por estar un año o varios en Primera tenemos que perder el respeto a la categoría. En mis cuentas ahora mismo nos quedan 38 puntos para llegar a los 42.