Si hay que ir a la guerra, que sea con él. Con Paco López, quien cuando habían empezado a llover las balas se puso delante de su equipo para protegerlo. No para mimarlo, que tampoco era plan después de haber levantado la voz y criticado la actitud del José Zorrilla. Allí se había jugado el «peor partido con diferencia», según sus propias palabras, y no quedaba otra que contarrestarlo en la misma medida frente al Alavés. Ganando y convenciendo, como en sus mejores días. Como haría el Levante, remontada incluida, para evitar caer por primera vez en zona de descenso desde el ascenso de hace año y medio.

El atrevimiento que pide a diario a sus jugadores lo tuvo el técnico a la hora de contraindicarse a si mismo. Sin cabezonerías y después de darle muchas vueltas al 'tarro', SuperLópez se desprendió de la capa del 4-4-2 que le ha acompañado casi toda su carrera y se puso el 3-5-2 por montera. Siete cambios completaron la revolución, de la que los granotas saldrían triunfales. Tanto o más que en el histórico 5-4 al Barça, aunque teóricamente la victoria de ayer luzca menos.

[Levante Fans cesó su animación durante el Levante - Alavés]

Si los carrileros siempre son determinantes en un sistema como el que estrenaba el Levante, contra el Alavés lo fueron todavía más. Jason y Toño no solo marcaron los goles quedejaron en nada el de Sobrino (quien no dejó impune otra mala defensa de un centro lateral), sino que dieron alas al equipo cuando más lo necesitaba. Con el marcador en contra, entre ambos y Rochina, en su versión más completa, levantaron el vuelo y se encargaron de que sus compañeros también lo hicieran. A Boateng, sin ver portería, igualmente hay que darle su cuota de mérito por pelearse sin condiciones con dos centrales como dos pinos: Maripán y Laguardia.

De un centro milimétrico del de Port de Sagunt y una llegada de Jason desde atrás, y con sangre en los ojos, nació el empate. El 2-1 lo haría pasada la media hora, cuando Toño le pegaría con el alma desde el borde del área para reventar la red de Pacheco y cualquier atisbo de crisis. Entre medias, Rochina, cuya compañía sentó bien a Campaña, enviaba un lanzamiento de falta directa y un remate franco a escasos centímetros de ambos palos.

Las oportunidades continuaron amontonándose del lado del Levante en el inicio de la segunda mitad, con Morales y Boateng dispuestos a matar el partido cuanto antes, y con Simon cogiendo el testigo de Jason por la derecha. El Comandante, al que no le importó 'bajar' a la infantería por una vez, se topó con el cuerpo del meta visitante después de su carrera al espacio y posterior zurdazo. Al cabezazo de Manolito, previo centro de Campaña, solo le sobrarían unos centímetros de ímpetu.

Sin que haga falta reconocérselo, con su posición sobre el campo se reforzó explícitamente el liderazgo de Postigo en defensa. El getafense contuvo las embestidas finales del Alavés, con balones colgados al área y un derechazo de Ibai que se estrelló en el palo izquierdo como principales argumentos. Oier, como en Valladolid, también tiró de carácter y vengó su mal día frente al Sevilla con una dosis extra de seguridad en cada intervención.

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