Solo los elegidos sacan de un bloque de mármol una obra maestra. De un balon aislado, pegado a la línea de banda, de espaldas y a 70 metros de la portería, con dos rivales en el cogote, una jugada virtuosa y de gol. Como José Campaña en el Estadio de La Cerámica, donde ya hubo quien acabó pidiendo su convocatoria con la Roja: «Eso es tema del seleccionador, pero vamos... si recibo esa llamada sería muy feliz. Hay muchos mediocentros buenos en este país y es muy complicado».

En solo diez segundos y nueve toques, el futbolista sevillano se coronó. Completó una actuación ya hasta entonces notable. Con mucha participación y sin necesidad de ver la amarilla que le falta para cumplir ciclo. Quedaba un cuarto de hora cuando, de una, advirtió de que algo diferente iba a pasar. En su primer contacto con el balón, con ambos encimándole, se quitó a Pedraza y Cazorla en banda izquierda y se giró en dirección al campo contrario. Una maniobra de la que salió trastabillado, de forma que su segundo toque sería casi involuntario con la rodilla derecha.

Con la cabeza levantada y espacio por delante se desató definitivamente su creatividad. Con un pequeño autopase en carrera se deshizo de Jaume, para, posteriormente, librarse en su progresión de Cáseres -quien salía al cruce- con una pisada, caño incluido. Los cuatro siguientes toques serían en conducción hacia al área, en cuya frontal culminaría el trabajo con un pase al hueco a Morales, cuyo centro de primeras metería en su propia puerta Funes Mori.

Su visión de la jugada

«Son decisiones que uno toma durante el partido y, gracias a Dios, la jugada ha salido bien. Sí que es verdad que la jugada nace de donde más cómodo me siento jugando, aunque últimamente estoy siendo pivote defensivo; me he podido jugar esa jugada, igual que la semana pasada (cuando asistiese a Roger en el 1-0 al Leganés), y ha salido otra vez bien», valoraba Campaña al acabar el encuentro.

«Estaba un poco cansado, con problemas musculares que no han ido a más. Para ir al tran tran prefiero dejar mi sitio a un compañero que vaya al cien por cien», justificaba el medio a raíz de su sustitución en el minuto 85 por Doukouré. «Tenemos que tener tranquilidad con balón. Saber dominar esa faceta de partido también, y más cuando nos ponemos por delante», se lamentaba por el empate final.