Hasta ahora, más que una solución, Nikola Vukcevic está suponiendo un problema. El montenegrino fue expulsado en su primera titularidad, jugó poco después con su selección pese a encontrarse lesionado y en Huesca estuvo a punto de ver nuevamente la roja, en su segunda presencia en el once, antes de ser sustituido al descanso por Paco López. Poco más se puede decir del pivote, aparte de su condición de fichaje más caro del club.

El técnico no quiso cebarse con él en la sala de prensa de El Alcoraz. Dijo «tener en cuenta las circunstancias en las que entra en el equipo», después de un mes y medio de baja y en un once de circunstancias. Su cambio por Bardhi, sin embargo, expone que Vukcevic no estaba cumpliendo con las expectativas sobre el terreno de juego.

Poco acierto en pases

En Huesca fue incapaz de imponerse, al igual que Prcic, por su lentitud de movimientos y de ejecución. Su porcentaje de acierto en el pase (70 por 100) habla bien a las claras de su poco tino con el balón en los pies; con una sola recuperación no contrarrestó sus siete pérdidas.

Nikola llegó tarde a las disputas. Dos de estas acabaron en falta, y perfectamente podrían haberlo hecho en doble amarilla. La vio en la primera, por juego peligroso, a los diez minutos; Estrada Fernández le perdonaría la segunda en el minuto 40, después de entrar en plancha a Ferreiro en el centro del campo. Esa acción, protestada por los locales, podría de por si ser incluso merecedora de roja directa.

Su participación es escasa en cantidad de minutos (128) y en calidad de los mismos. Tanto el técnico como el club habían preparado con mimo su regreso al once, para intentar que resultara el mejor posible. Paco López no le había convocado frente a la Real, antes del paro liguero, para evitar que su selección reclamara sus servicios. Quico, además, había viajado con el presidente de la federación de Montenegro para destensar las relaciones tras el conflicto de intereses previo.

Siete faltas, tres tarjetas

De la facilidad del montenegrino para ver cartulinas ya estaban en sobre aviso en Orriols a su llegada. En Portugal, Nikola era conocido por su mal genio y contundencia excesiva. En su primer año allí, en el filial del Braga, acabó expulsado tres veces. En total, en el club luso vio 40 tarjetas en 124 partidos oficiales.

La estadística disciplinaria que acumula con el Levante hasta ahora es igual de llamativa. Entre sus titularidades en Valladolid y Huesca ha cometido siete faltas -no hizo ninguna en su estreno desde el banquillo ante el Sevilla-, y casi la mitad de estas han derivado en amonestación. Sin contar la que mereció en El Alcoraz, que desencadenaría definitivamente su relevo para evitar que el equipo se quedara con diez.