De la mezcla de sangre mexicana y china salió una delantera como pocas. De las que se mentalizan de que «los goles van a caer» y, en efecto, terminan haciéndolo. La jugadora del Levante UD Charlyn Corral y su hermano entrenaban con su padre, cuya exigencia han terminado por agradecer con el paso del tiempo, y ambos acabaron cumpliendo el «sueño frustrado» de este: ser profesionales.

A la máxima goleadora de la pasada Liga Iberdrola, y de lo que va de la actual, le gusta ponerse retos. Además, amenaza con cumplirlos: ganar títulos y jugar la Champions de granota, entre otros. Por eso no aceptó la oferta del Atlético en verano: "Algo dentro de mí me dijo que aún no era momento de irme".

Charlyn ha concedido su entrevista más completa y en profundidad a SUPER. En ella explica de dónde viene su nombre completo. De que casi nadie sabe que también se llama Verónica, como su "mamá". De sus renovadas aspiraciones mundialistas o del creciente interés por el fútbol femenino. Incluso compara este con el masculino sin tapujos.

"Yo creo que nosotras nos dedicamos más a jugar. Casi nunca fingimos faltas, es raro que quieras engañar al árbitro. Diría que somos más leales con el juego (...) A veces, como delantera, me dicen que me tire para que cobren penal; y no me sale. Si lo intentase, como no estoy acostumbrada, quedaría en ridículo. Y técnicamente, por ejemplo, yo soy una jugadora que le pego con las dos piernas, con derecha e izquierda, y eso inclusive en hombres no lo encuentras tan fácil", destaca en ese sentido.

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