El año pasado por estas fechas el Levante estaba preparando una revolución para remontar el vuelo. Quico Catalán peleaba por Koné, el gran deseado, aunque al final llegaron Coke, Sadiku, Pazzini, Rubén Rochina, Iván Villar y el exótico Fahad Al-Muwallad. Seis fichajes que, a excepción del primero, acabaron contando muy poco tanto en las últimas semanas de Muñiz como en el resto de curso ya con Paco López.

Esta vez, en cambio, enero se presenta mucho más tranquilo. Sobre el papel no hay una necesidad tan perentoria de fichajes como entonces la hubo en la delantera. Ofensivamente, pese a que ni Borja Mayoral ni mucho menos Dwamena son titulares, el equipo está cumpliendo. Es si acaso en el centro del campo, a vueltas con el vacío de Lerma o el objetivo pendiente de Lukic, donde más susceptible sería la llegada de refuerzos. Incluso en el eje de la defensa y en los dos costados. Nada, aun así, que esté dentro de los planes de la actual dirección deportiva, aunque tanto de cara a este plazo invernal como al verano, el club sí que se ha estado moviendo.

Lo ha hecho, sin ir más lejos, con el lateral colombiano Gabriel Fuentes y sobre todo con su compatriota Luiz Díaz, un extremo al estilo Morales por el que las negociaciones se han congelado tras dispararse su precio por la injerencia de otros clubes. Principalmente el Monterrey mexicano, dispuesto a apoquinar un traspaso de nueve millones.

De momento la única cara 'nueva' en Buñol es la de Shaq Moore, el canterano repescado del Reus. Su ficha es del filial, pero Paco López ya lo ha tenido trabajando a sus órdenes. A medio plazo urgen refuerzos en los laterales, ya que Pedro López no va a continuar y tanto Jason como Toño son libres para firmar por otro club a principios de junio tras rechazar el gallego la segunda propuesta de renovación y no haberse retomado las conversaciones con el de Port de Sagunt, que también rechazó la suya. La continuidad de Postigo en el eje de la zaga, por contra, parece bien encarrilada.

Sin entradas a la vista, la atención la polariza la situación de Campaña, en plena negociación para su blindaje. El andaluz está más cerca de renovar que de cualquier otra cosa, pese a que las conversaciones no están siendo sencillas. Encima de la mesa hay ofertas por él y la sospecha de que el Sevilla lo tiene en la recámara ante una eventual salida de Banega, que sigue sin renovar. Es una situación a la que no se quita ojo, ya que obligaría a virar de manera radical toda vez que Vukcevic todavía es un fichaje por descorchar.

Donde sí está claro que va a haber movimientos es en el capítulo de salidas, tanto para dejar hueco a un posible refuerzo como para no dejar a nadie sin ficha. Doukouré puede ser el primero en marcharse mediante una cesión con opción de compra. Samu, con mercado en Segunda, es el otro candidato junto aSadiku, que una vez reciba el alta deportiva podría cambiar de aires.