— ¿Firmamos que este 2019 recién estrenado sea tan bueno para Morales como lo fue el pasado 2018?

—Sí, por lo menos hasta que acaben estos primeros seis meses de competición. El 75 por ciento del año 2018 ha sido muy bueno. Sí que es verdad que en el fútbol hay altibajos y que hay que superar los malos momentos y saber mantenerse cuando las cosas van bien.

—A nivel individual hemos visto a un Morales que ni los más optimistas del lugar esperábamos. Ya sabíamos de qué era capaz pero la buena marcha del equipo también ha ayudado, sobre todo a partir de la llegada de Paco López. Que Morales no haya ido a la selección es una de las mayores injusticias que hemos visto a nivel deportivo...

—Al final nosotros tenemos que trabajar aquí día a día, saber que lo hacemos para un club, que llevamos un escudo y que en eso basamos el entrenamiento, en estar y rendir bien. Y luego lo de la selección es un premio que se le da a los jugadores, que por cierto hay muchísimos y muy buenos en España, así que para el seleccionador está siendo complicado.

—Estará cansado de que le preguntemos por lo mismo, también porque seguro que no puede decir todo lo que piensa... Pero es indiscutible que los méritos están ahí.

—El trabajo está ahí, sí. Desde que llegó Paco López hemos visto a un Morales en otra posición. Un Morales con mucha verticalidad y con mucho gol que en 2018 ha aprovechado bastante bien las ocasiones que ha tenido. Pero hay un seleccionador con sus ojeadores que va viendo los partidos y a los jugadores. Sobre todo a partir de mayo se empezó a hablar mucho de la selección. Yo lo veía como algo muy difícil porque, como he dicho, hay jugadores españoles muy buenos. Cada cual tiene su opinión al respecto y uno mismo también tiene la suya.

—Una de las imágenes de 2018 en este sentido fue un mensaje en redes sociales de su propio agente digiriéndose al seleccionador.

—Con mi agente tengo una relación muy estrecha. Desde que llegué a València ha sido como mi padre adoptivo. Siempre me ha apoyado mucho, mirando por mi bien, y él puede opinar un poquito más de lo que piensa. No le van a pegar 'palos' si dice algo fuera del guión. Pero si hubiera sido otro jugador lo habría hecho igual. Con Lerma también lo está haciendo y fue incluso al Mundial. Como todas las empresas de representación que sacan noticias de sus jugadores cuando hacen cosas buenas, estos días he visto otra suya en la que dice que Lerma iguala los números de Kanté, el centrocampista de la selección francesa. Es su apoyo hacia nosotros y tanto Lerma como yo estamos muy contentos con él.

—Lerma ya no está pero usted continúa siendo uno de los referentes del mejor Levante de la historia. Al menos de un equipo al que jugadores como Morales, Campaña u Oier, que también suenan para la selección, están llevando a otra dimensión.

—Es fruto del trabajo diario. La llegada de Paco López nos ha venido muy bien a todos. Desde que entró por el vestuario nos ha cambiado la manera de ver el fútbol. Nos dio su visión y la hemos cogido con los brazos abiertos. No recuerdo un Levante con tanta proyección ofensiva en los últimos años. Sí recuerdo que se veía a un Levante que ha sido, porqué no vamos a decirlo, un poquito más defensivo. El fútbol va evolucionando y creo que el club también. No sólo en el aspecto deportivo, sino que en el económico y en lo que respecta a la masa social se ha dado un paso muy grande.

—Es un arma también de doble filo. Para el club porque ya no basta el discurso de la permanencia. Y para los jugadores porque, como en su caso, cuando baja el nivel después de una exhibición de las suyas parece que está en crisis.

—Estamos hechos para aguantar cualquier tipo de críticas, así que hay que mantenerse al margen y si a lo mejor en un partido no te salen las cosas, pues lo que toca es intentar ver lo bueno que has hecho. Sobre lo no tan bueno constantemente estamos viendo videos para mejorar. Evidentemente nosotros intentamos estar al máximo nivel cada partido, pero hay días que no son tan buenos y hay que convivir también con ellos.

—Con la llegada de Paco López le hemos visto de segundo delantero con un equipo muy volcado en su estilo de ir a los espacios con rapidez y verticalidad. Su responsabilidad en ataque es todavía mayor.

—La responsabilidad es de todos. Cada uno en su posición hace lo más conveniente para el equipo dentro del campo y es lo que entrenamos. Son muchos automatismos que van en beneficio del grupo. Estamos viendo que cada vez que el equipo es ofensivo y aprieta arriba es muy consciente de que tiene mucho que ganar si recupera en zonas cerca del área rival y eso nos ayuda también para ser ese equipo que busca el míster. Pero creo que sí es verdad que estamos quitándole un poco de importancia al tema defensivo y es ahí donde debemos ajustar un poquito más.

—Toda moneda tiene su cara y cruz. El Levante más ofensivo asusta, por contra, con sus números en defensa. Aunque el míster siempre ha dejado claro que su política es la de marcar un gol más que el rival.

—Como he dicho, cuando él llegó lo que nos dijo fue precisamente eso, que cuanto más llegásemos al área rival, más posibilidades tendríamos de hacer gol. Y que cuanto más atrás defendiéramos nosotros, más posibilidades tendría el rival de acercarse y de que recibiéramos gol. Esa semana que él llegó nos dejó claro también que quería ver jugadores valientes y atrevidos que no sufrieran dentro del campo y así se está haciendo. Pero hay una cara y una cruz y la cruz es que tenemos que minimizar todas esas transiciones en las que nos pillan abiertos cuando tenemos el balón. Podemos ser un equipo más compacto y completo.

Entrevista a José Luis Morales: ¿Por qué no puede ser el Levante una de las sorpresas este año?

Entrevista a José Luis Morales: ¿Por qué no puede ser el Levante una de las sorpresas este año?

—En dos o tres pases se plantan en el área contraria y de hecho Morales es precisamente uno de los jugadores más verticales. Pocos pases horizontales hace usted, lo que implica también que se la juega mucho más y puede fallar.

—Cada uno tiene su manera de jugar y su estilo y tenemos que ser valientes dentro del terreno de juego pero sabiendo dónde podemos hacer esas jugadas. Tenemos que mirar también la condición física. Pero vuelvo a incidir en que el entrenador dejó claro que quiere un equipo que vaya hacia arriba, que sea valiente, que sea vertical, que cuando se pueda mantener la posesión sepa manejar esa situación de juego... Estamos viendo un Levante que alterna juego más vertical con fútbol más elaborado. El gol de Vallecas, más vertical no puede ser. Oier se la da a Coke, Coke a Postigo, Postigo otra vez a Coke y Coke busca la profundidad y en cuatro pases nos metemos en el área rival y hacemos gol. El equipo tiene muy claro que quiere ir hacia adelante y que cuando no se puede tiene que buscar otras opciones para atacar.

—Juegan a unas revoluciones altísimas, con una presión brutal, no sé si los partidos así se les hacen largos.

—La presión alta conlleva eso, hacer esfuerzos muy seguidos. Pero el beneficio también es muy alto si recuperamos el balón en esas zonas. Así también minimizas las salidas del rival, les dificultas la circulación del balón y les generas dudas. Si recuperamos el balón estamos mucho más cerca del área rival, de hecho hemos marcado muchos goles tras esas recuperaciones. Sí que es verdad que es arriesgado, pero el beneficio es muy alto.

—Tiene bastantes para elegir. ¿Con qué gol se queda de 2018?

—Hay algunos bastante buenos y sobre todo importantes. Si tuviera que elegir, estoy entre el de San Mamés, que prácticamente certifica la permanencia, y por cariño, por el estadio que era y por estar casi en casa, con el del Bernabéu. El del Betis también es un muy buen gol.

—El del Betis es el más completo.

—Tiene de todo: regate, velocidad, potencia, definición...

—Encima fue en la antesala de una convocatoria de la selección.

—Sí, justamente. Se había hablado durante el final de la temporada anterior de ese tema y justo vuelve LaLiga y reaparezco marcando ese gol para que se siguiera hablando.

—¿Pero esos goles tan maradonianos de dónde se los ha sacado?

—Recuerdo uno que marqué en el filial jugando contra el Prat, parecido al del Betis, cogiéndole en nuestro área, aunque ese campo medía 15 o 20 metros menos, era mucho más pequeño. Era prácticamente igual, un córner en contra y coger el balón y echar a correr. La definición fue parecida, con el exterior pero en contra el Prat fue por arriba y contra el Betis por abajo.

—En el Ciutat, cuando coge el balón siempre hay un runrún de que va a pasar algo.

—Sí, un murmullo. La gente que va al estadio a vernos valora todo lo que hacemos y nos apoya. El trabajo que venimos haciendo desde que está el míster con nosotros se nota. En pocos partidos no hemos salido aplaudidos. El día del Barça incluso perdiendo 0-5 el equipo dio la cara, estuvo dentro del partido hasta que Messi dijo 'hasta aquí hemos llegado'. Perder en casa por ese resultado e irte del estadio con toda tu gente aplaudiendo y gritando 'Levante' es señal de que se está haciendo un buen trabajo.

—Morales, que lleva el Levante muy adentro, va a estrenar un estadio casi nuevo... El club al que vino era otra cosa y con su rendimiento ha puesto también un importante grano de arena en ayudar a que ocurra.

—Cuando llegué incluso recuerdo que asientos aquí en el Mini de Buñol no había. Ha sido todo muy rápido, se ha evolucionado muchísimo, se ha hecho una muy buena gestión desde el Consejo de administración y el presidente. Todos hemos ayudado a que el club siga creciendo. Espero que sigamos a la altura, estando en Primera. Y sobre la mejora del estadio, ojalá poder jugar en él. A la Ciudad Deportiva será más difícil llegar, pero inaugurar el nuevo Ciutat para los que llevamos tantos años será un orgullo. Lo he dicho siempre, si no fuera por el Levante no existiría en el fútbol profesional y le debo todo. Cada vez que me han preguntado mi respuesta es la misma: para mí sería un placer retirarme aquí.

—En el Levante UD ha estado a las duras y a las maduras. Ha vivido un descenso, momentos complicados como cuando se autodenominó Comandante, se echó el equipo a la espalda cuando hizo falta y cuando ha tenido que dar un palo lo ha dado incluso pasándose tres pueblos...

—De vez en cuando los jugadores con peso dentro del vestuario tenemos que decir las verdades y las cosas claras. No siempre, pero cuando llega el día de que las cosas no van bien y hay que dar un paso adelante, los primeros que tenemos que estar somos los que llevamos cinco o seis años, los que tenemos margen para hacerlo y hemos vivido el Levante en las buenas y en las malas. El descenso es para mí lo más doloroso que he vivido en el mundo del fútbol porque siendo un jugador que llevaba dos años en el fútbol profesional, siendo un 'pipiolo' en el primer equipo, ese paso adelante conlleva mucha responsabilidad y más habiendo gente de peso como había ese año en el vestuario. Aconsejado, muy bien aconsejado, tanto por mi representante como por mi familia, me dijeron que tenía que dar un pasito adelante y así lo hice. Lamentablemente se acabó con el descenso, pero conseguimos al año siguiente devolver al equipo a donde se merecía y estoy muy contento de haberme autoproclamado entonces 'Comandante'.

—Algún compañero se ha llevado un estironcillo de orejas por poner el listón demasiado alto, ¿qué pasa con el tema de Europa?

—Nosotros tenemos que ser conscientes de que llegar a Europa sería un gran premio y un sueño para nosotros, pero ahí dentro del vestuario sabemos que lo primordial es llegar a los 42 puntos cuanto antes y mantener al equipo en Primera. Luego los jugadores somos muy ambiciosos y muy egoístas, cuando un objetivo está cumplido ese gen competitivo que llevamos dentro nos hace aspirar a más. ¿Por qué no una vez conseguida la permanencia no se puede luchar por algo más y ver hasta dónde podemos llegar? Uno de los sueños para mí sería jugar con el Levante en Europa.

—Ha llegado a decir en alguna otra ocasión que lo prefiere a debutar con la selección.

—Sí, claro, porque el Levante apostó por mí en su día para venir al filial... No para el primer equipo, cuando ya no era ni sub-23, sino para el filial. Y siguió a partir de entonces apostando por mí. Creo que es bonito ese cariño mutuo que nos tenemos.

—Es una temporada extraña, con todo apretado en la tabla y si te despistas te la puedes pegar también.

—Sí, todo se ha apretado muchísimo. Todos los equipos se han reforzado muy bien, hay una herramienta como es el VAR que da más justicia dentro de los partidos y se está viendo que cada fin de semana ganar a cualquier equipo es muy complicado. Y de ahí que haya tanta igualdad, todos sabemos cuáles son los cinco o seis equipos fijos que van a estar peleando por esos puestos pero todos los años hay sorpresas y este año porqué no puede ser el Levante.

—Con la mano en el corazón, ¿le dolió que en la última jornada de 2018 el Valencia les cogiera a puntos?

—Ellos manejan un presupuesto mucho mayor. Nosotros peleamos por un objetivo y ellos por otro, y estar empatados a puntos y vernos ahí arriba para nosotros es muy bonito. Con estos partidos que han sacado adelante se han ido para arriba pero todo está tan igualado que no sólo el Valencia sino que equipos como el Athletic o el Villarreal están metidos en esa pelea por el descenso y todo es porque hay mucha competencia y muy dura.