Profundidad, rapidez, habilidad para cambiarse el balón de pierna y técnica para golpearlo en un microsegundo pegado al poste. Acostumbrado a hacerlos para el recuerdo, el gol con el que Morales estrenó su cuenta en 2019 ha ido directo a la hemeroteca. Fue, además, el primero de jugada en casa este curso, después del de penalti ante el Celta. Un regalo en víspera de Reyes para la afición, expectante y entre murmulllos ante todas sus arrancadas.

El Comandante, que suma y sigue, es un valor seguro en el área contraria. En ella, por el momento, mantiene la tendencia del año pasado. «Firmo que sea tan bueno como 2018», había dicho antes del partido. Y ahí está, con 26 goles como líder en solitario de los artilleros históricos y con los mismos 13 que Barral marcó en el Ciutat, la mitad justo de los que ya almacena.

«Tenemos la suerte de contar con un jugador como Morales tan comprometido con el equipo», le elogió Paco López después de que empezase el partido otra vez de delantero para pasarse después al enganche y acabar al final de lateral izquierdo. Una polivalencia que ha sido siempre su seña de identidad pero a la que ahora ha añadido una efectividad que lo convierte, junto a Roger como su mejor compañero de ataque, en el futbolista que marca más diferencias. En lo que va de curso acumula seis goles, entre ellos el que le metió al Betis arrancando desde el centro del campo, técnicamente el mejor de su repertorio, o el magistral del Santiago Bernabéu.

Con 123, el Comandante es también es el segundo futbolista de la historia del Levante con más participaciones en Primera División. Sólo le supera Juanfran García, con 153. Y es que, con una media de 35 partidos por temporada en las cuatro que acumula en la élite, el madrileño ha sido indiscutible para todos sus entrenadores, si bien ninguno le ha sacado tanto rendimiento como el actual. A las órdenes de SuperLópez este curso lo ha jugado todo salvo en Huesca por sanción.

Ajetreo en los últimos minutos

El Levante, por otra parte, volvió a ser capaz por segunda vez en cuatro de las últimas jornadas de evitar la derrota en los últimos compases. En Eibar (4-4) empató con un gol de Borja Mayoral sobre la bocina igual que el pasado viernes (2-2) con una diana de Coke Andújar.

Los granotas, eso sí, encadenan cuatro partidos consecutivos sin conocer la victoria en los que han sumado dos derrotas y dos empates. Por contra, también han sufrido en sus propias carnes un gol en contra en el tramo final, el que recibieron en La Cerámica (1-1) en el minuto 90. Los de Paco López viajan el próximo domingo al Wanda y jugarán en casa ante el Real Valladolid y contra el Sevilla a domicilio para cerrar el primer mes de 2019.