Supieron tan bien los primeros sorbos que no apurar esta Copa del Rey hasta los hielos supondría una ofensa. Con el postrer gol de penalti de Coutinho, y sobre todo la presencia de los Messi, Suárez, Piqué o Alba sobre el césped, el Levante correrá en el Camp Nou el riesgo de ahogarse en la Copa. Y también de cara a futuros compromisos ligueros. Sin embargo, el mal trago se daba por descontado desde el sorteo; no como los goles de Cabaco y Mayoral, ni el triunfo de los de Paco López.

Se la podrían jugar tranquilamente los granotas en la vuelta contra 'este Barça B', al que poco antes del 2-1 había tenido Morales a huevo. Al desviar ligeramente el remate con el cuerpo, aunque no lo vieran el árbitro y sus asistentes, Cillessen evitó que el Comandante devolviera el sonrojo liguero de hace un mes y pusiera la remontada en chino al actual campeón. De igual a igual, con más suplentes que titulares ambos equipos, los locales no tuvieron nada que envidiar al Barça, que no pierde un cruce en este torneo desde 2013.

Fue una pierna metida a destiempo por Coke, quien precisamente había puesto en valor las aspiraciones coperas del Levante ante el Lugo, la que afeó una fría pero bonita noche en Orriols. Aitor había parado hasta gustarse hasta entonces, y hasta rozar el lanzamiento desde los 11 metros con el que el brasileño maquillaría parte de sus vergüenzas y de las de su equipo.

Con 300 millones a sus espaldas, Coutinho, Malcom y Dembélé se mostraron incapaces siquiera de aprovechar alguna de las opciones de las que tuvieron con la pelota en juego. Suplantar a los líderes naturales del equipo les quedó todavía más grande, hasta el punto que Denis Suárez -ya más fuera que dentro de la plantilla culé- acabaría siendo quien más se asemejaría a estos últimos a su salida. Por su ascendencia sobre el juego y porque provocaría la pena máxima.

Cansado de escuchar que no apuesta por los canteranos, Ernesto Valverde había alineado de entrada a tres de ellos: Aleñà, Miranda y Chumi. Los dos últimos, en una defensa que no estuvo a la altura, con el debutante y exvalencianista Murillo. A la primera que tuvo, Cabaco cabeceaba a placer a la red una falta lateral y se estrenaba a lo grande como goleador en el Levante. Con Campaña y Rochina sometiendo a Busquets y Vidal, de una recuperación del central charrúa nacería la conexión Boateng-Mayoral para el 2-0.