Armando Sadiku volvió a sentirse plenamente futbolista el pasado miércoles, cuando disputó la última media hora del Lugano-Thun de la SuperLiga Suiza, aplazado el fin de semana previo por culpa de la nieve. El internacional albanés no pudo evitar la derrota del conjunto local por 1-3, aunque al menos zanjó su larga convalecencia por lesión: justo seis meses antes se había roto el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha, en un encuentro de pretemporada del Levante ante el Heerenveen.

El delantero fue traspasado oficialmente al conjunto suizo el pasado el 16 de enero, aunque con "opción de regreso" en favor de los granotas a final de esta temporada. Si estos no la ejercieran, el Lugano automáticamente se quedaría con sus servicios y debería abonar una compensación en concepto de transferencia. Los de Orriols, con quienes tenía contrato hasta 2020, habían abonado 1'5 millones por sus servicios a principios del año pasado al Legia de Varsovia.

Horas antes de su regreso, Sadiku concedía una entrevista a Blick. En esta aseguraba que necesita "dos o tres semanas más para estar a tope". ¿Su objetivo? «Recuperar el máximo nivel para volver a donde estaba, a España. Lugano es como mi casa y me hará todo más fácil». Su equipo visitará este sábado al Sion, rival directo por la permanencia.