No queda otra que tirar para adelante, apretar los dientes, separar el grano de la paja y que los que estén dispuestos a remar lo hagan con todas las de la ley. Después de una semana que de principio a fin ha sido complicadísima, el Levante UD se juega hoy en Vitoria más que tres puntos por el momento tanto físico como mental en el que se encuentra. Y es que de lo que se trata contra el Alavés es, por encima de todo, de plantarle cara a las adversidades y sobreponerse a todos los condicionantes internos y externos que amenazan con cargarse una temporada que al equipo no se le tiene que envenenar.

El Levante aún se mantiene en la frontera de la clasificación entre los puestos de Europa y los del descenso, pero es un hecho que la tendencia de las últimas jornadas es de altibajos y que los problemas se le han ido acumulando, tanto los deportivos como sobre todo los que no.

En lo que respecta a los deportivos, el equipo llega a esta cita cogido con pinzas en la medular, un problema que viene de lejos pero que ahora se presenta en su máxima expresión con la lesión de Rochina, la sanción de Campaña y el añadido del descubierto de enero en el triángulo Lukic-RochinaLukicDoukouré. Para colmo, la recaída de Postigo vuelve a dejar la zaga con los efectivos justos y suerte que Coke y Chema se han recuperado en hora para entrar en una convocatoria en la que de nuevo hay sitio para Manzanara.

La tormenta perfecta para el Levante se completa con el panorama extradeportivo, un terreno en el que el menor de los problemas, pese a ser temporalmente el primero, ha terminado siendo el de Jason. Pese a la tensión que le espera de la grada cuando le toque pisar el Ciutat, tanto en Mendizorroza como el sábado en Balaídos es uno más y para Paco López así va a ser hasta el final de su contrato. Lo del gallego es una minucia al lado de lo de Toño, que Toñoha pasado su tercera noche en prisión. El shock de su encarcelamiento es la gran piedra en el camino de los granotas. Ante el Alavés no iba a estar por lesión, pero ahora no se sabe cuándo estará de vuelta y sobre todo en qué condición va a hacerlo.

En mitad de toda esta vorágine, y para rizar el rizo, el Levante acordó por sorpresa el traspaso de Boateng El ghanés ni siquiera está en la convocatoria y cuando el equipo salte al césped él ya habrá pasado la revisión médica con su nuevo club. Su adiós es a nivel deportivo el menos traumático de todos, ya que se trataba del cuerto delantero, pero sin duda el momento es de lo más inoportuno, en la semana más revuelta que se recuerda desde hace mucho.

Después de haber recibido tantos golpes consecutivos, Paco López y los suyos tienen ante sí un reto mayúsculo ante el que unirse y hacerse más fuertes. Es, no en vano, lo que tanto el presidente como el propio entrenador han dicho en el vestuario y la idea a la que el club viene agarrándose ya desde la jornada pasada contra el Getafe, un encuentro en el que al final el punto conseguido ha sido más valioso de lo que parecía. Aquel día, por cierto, estuvo marcado por el estreno de Vezo y la titularidad de un Aitor que dejó la portería a cero y al que se espera de nuevo bajo palos. A partir de ahí, el abanico está abierto con múltiples combinaciones para hacer el once, incluida la posibilidad de recuperar el 4-4-2 original, un sistema que se abandonó en la primera vuelta precisamente con la visita del Alavés.

Por su parte, el conjunto de Abelardo se encuentra inmerso en su peor racha de resultados con cuatro partidos sin conocer la victoria. El japonés Inui El valencianista Álex Blanco, hijo de Tito, que pese a estar en conversaciones con Zaragoza, Majadahonda y Córdoba finalmente recaló en el Alavés, podría enfrentarse hoy en Primera al equipo de su padre.