El Real Madrid ha empujado este martes por la tarde a Casemiro para que telefonease a Doukouré personalmentey que se interesara por su lesión de gravedad pese a que en realidad no tuvo nada que ver con su fortuita lesión de ligamentos por una patada al aire que a la postre Iglesias Villanueva sancionó como penalti con la colaboración, eso sí, del futbolista brasileño, que consiguió engañarle fingiendo que le había golpeado.

La llamada de Casemiro ha sido in extremis la reacción del club blanco a la bola de nieve que se ha generado en las últimas horas a raíz de unas palabras del jugador del Levante UD a su salida de Buñol. Manifestaciones que, tal y como él mismo ha aclarado en su cuenta de Twitter, se han malinterpretado y han dado pie a que el Madrid se pusiera las pilas para, en la medida de lo posible, salvaguardar sus intereses ante la avalancha de críticas.

La realidad es que el director de relaciones externas del Real Madrid, Emilio Butragueño, sí que se interesó el lunes por la noche por Doukouré cuando trascendió la gravedad de su lesión. Butragueño telefoneó a Quico Catalán y este martes por la mañana ha hecho lo mismo con el propio jugador, si bien en ese momento no ha podido cogerle el teléfono porque tenía el teléfono en la taquilla de la Ciudad Deportiva.

Ha sido a mediodía, después de las declaraciones que GOL ha difundido a su salida de Buñol, cuando finalmente se ha producido la conversación. Horas después, ya por la tarde, el teléfono de Doukouré ha vuelto a sonar. Esta vez era Casemiro.