El Levante no decidirá nada sobre Tito, como mínimo, hasta después de Fallas. Así pues, hay que esperar sentados porque la incógnita va a mantenerse una semana más. En la reunión del 27 de febrero, después de cuatro horas, se acordó solicitarle un informe con su proyecto deportivo para los próximos 2-3 años y la estructura que tendría a sus órdenes. La siguiente cita del Consejo de administración se ha marcado para el próximo jueves 21 y en ella se estudiará esa propuesta que Tito ha perfilado ya junto a sus hombres de confianza, Moreiras y Carpintero, y en la cual hay importantes cambios en el organigrama.

Apurando al máximo los plazos, entre una reunión del Consejo y la otra habrá pasado un mes. Cuatro semanas y otros tantos partidos en los que, a falta del próximo contra la Real Sociedad, aún no se ha conseguido ninguna victoria. En plena incertidumbre, alimentada por el alargue de las fechas, el contexto en el que analizar la figura del director deportivo no es un asunto baladí.

La reunión en la que se abordó por primera vez la situación deportiva, con espacio sólo para el análisis, fue con el balón de oxígeno de Vigo (1-4) e inmediatamente después de la polémica derrota contra el Real Madrid (1-2). La segunda, en semana de parón por selecciones, será después de Anoeta, estadio al que los granotas llegan el viernes después de tres derrotas consecutivas y polémica a mansalva, del penalti de Doukouré a los goles anulados a Coke y Rochina. Con el informe en la mesa, habrá que ver si se apuesta por él o si por contra se le agradecen los servicios prestados.

Lo que matemáticamente está claro es que el club abordará el futuro de la dirección deportiva con el objetivo de la permanencia todavía en el aire. El propio Tito, al que fue Quico Catalán quien trasladó el encargo, podría presentar su proyecto en la reunión, cara a cara con los consejeros para palpar directamente su nivel de confianza, aunque se trata de una posibilidad no confirmada. Para su círculo, que después de tres años le hayan puesto 'deberes' es un signo de desconfianza. Para el club, en cambio, se trata solamente de una manera de ganar tiempo y asegurarse de que la decisión sea la mejor para sus intereses.

Con partidarios y detractores, la incógnita se mantiene, aunque esto no ha impedido que se siga trabajando de cara a la próxima temporada. Clerc y Hernani están fichados, mientras que Postigo ya ha renovado y el único tema espinoso que continúa pendiente es el blindaje de Campaña. A nivel de funcionamiento interno, la convivencia continúa siendo peliaguda entre los técnicos que se saben en los planes de Tito si renueva y los que no.

A grandes rasgos, la balanza está igualada, de ahí las dudas sobre qué hacer e incluso sobre qué contrato ponerle encima de la mesa a un director deportivo al que en su momento se firmó para tres temporadas. A su favor juegan los objetivos conseguidos del ascenso y la permanencia, además de la consolidación de una columna vertebral desde la temporada en Segunda. En contra, la rentabilidad de los fichajes del pasado verano, los más caros de la historia, y la profundidad de plantilla, sobre todo en el centro del campo.

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