A no ser que la irregularidad le consuma, el Levante va camino de terminar la temporada en objetivos: logrando la permanencia. Paco López y sus pupilos han llegado a jugar con fuego en las últimas jornadas, arrastrados también por los perjuicios arbitrales, pero tienen la clasificación y la historia de LaLiga de su parte. Los seis puntos de ventaja sobre el descenso con los que encararán los diez últimos compromisos (cinco, en caso de que el Rayo gane esta tarde en La Cerámica) invitan a no quemar la falla. Por mucho que lo pidiera el cuerpo al descanso en Anoeta. Por propio que sea de las fechas y de la terreta.

La primera parte ante la Real fue reprobable hasta para el propio técnico granota. Sus «irreproducibles» palabras en el vestuario provocaron la posterior reacción y el empate, que aumentan a 31 los puntos y a seis la renta respecto al antepenúltimo. Del Bernabéu se volvía ayer el Celta totalmente de vacío.

El paro liguero que ahora empieza debe permitir a Paco López rearmar futbolística y sobre todo anímicamente al equipo. Hay mimbres para más, como se vio en el primer tercio de la actual campaña y el último de la anterior. También en momentos concretos de los duelos ante Leganés, Madrid, Villarreal e incluso frente a la Real Sociedad. De dos meses a esta parte, sin embargo, resultados y percances de todo tipo lo han lastrado. El revuelo generado por la marcha (futura) de Jason al Valencia. El encarcelamiento de Toño durante 21 días. La grave lesión de Doukouré. Incluso la indefinición sobre el futuro de la dirección deportiva. Demasiados contratiempos en tan poco tiempo como para no notarlos. El viernes faltó «intensidad y agresividad» durante 45 minutos.

Las Fallas se han convertido en la excusa perfecta para que el levantinismo en pleno, hasta los aficionados, resetee durante unos días. En Orriols se han sumado a las fiestas con sus premios para las mejores escenas dedicadas al club, ya tradicionales desde hace una década. Las hay repartidas por toda València para Paco Fenollosa, Morales

Las tres próximas citas ligueras en el Ciutat, donde todavía quedan seis por disputar, determinarán el rumbo del equipo. Eibar, Huesca y Espanyol (aunque no se ganó a ninguno de los tres a domicilio) se presentan rivales propicios para acumular un buen botín. Entre medias, San Mamés y Mestalla aumentarán el nivel de exigencia.

Desde hace ocho años, cuando el afectado fuese el Dépor, ningún equipo ha bajado con mismos o más puntos que el Levante a estas alturas. En los 21 cursos completados con ligas de tres puntos y 20 participantes, hay solo nueve casos de 63 posibles en los que los actuales guarismos granotas no servirían al final. Hay muchos más precedentes de clubes que salieron de la jornada 28 en descenso, y en una situación más complicada, y se mantendrían al final. Mención aparte merecen el Alavés, que lo haría gracias a la promoción en 1999; y el Eibar, reenganchado en 2015 por el descenso administrativo del Elche.