El Levante UD ha conocido este lunes qué colegiados dirigirán el partido del próximo domingo contra el Eibar en el Ciutat de València. Y lo cierto es que la designación, en una temporada en la que los errores en contra de los granotas se han convertido en una lacra, no está exenta de polémica. El árbitro de campo será Prieto Iglesias y el de VAR, Hernández Hernández. Son, en efecto, dos de los protagonistas de la crónica negra de los granotas esta temporada.

Prieto pitó el pasado 13 de enero en el Wanda el inexistente penalti de Vukcevic que motivó la primera queja formal por parte del club al Comité de Árbitros que dirige Velasco Carballo. Desde entonces no había vuelto a reencontrarse con los granotas.

Minutos antes del penalti, Prieto había anulado justamente un gol de Griezmann por una falta previa en el inicio de la jugada. Velasco terminó justificando que el VAR no entrara en la inexistente falta de Vukcevic.

Y Hernández Hernández fue el que desde la sala VOR impulsó el inexistente penalti de Róber Pier con el que el Celta maquilló el marcador en el 1-4 del pasado febrero. En las siguientes jornadas el Levante encadenó decisiones en contra: la pena máxima por una patada al aire de Doukouré ante el Real Madrid , el gol anulado a Coke en Leganés y el fuera de juego por un presunto talón de Morales contra el Villarreal. Una racha que colmó la paciencia de Paco López.

Esta curiosa designación llega días después de que se haya conocido la reapertura del caso Chumi por parte del TAD, un caso con el que el Levante UD ha puesto a la RFEF contra las cuerdas en defensa de sus intereses.