El VAR entró para impartir justicia. Para entrar en las jugadas polémicas y sobre todo, para demostrar transparencia. Pero con el paso de las jornadas todo eso es papel mojado. Y es que si hay un equipo que ha salido perjudicado este año con el videoarbitraje ha sido el Levante.

De hecho, hasta Paco López, defensor acérrimo de los avances tecnológicos, ha terminado explotando porque en los últimos meses el conjunto granota ha sufrido errores arbitrales hasta decir basta. Uno tras otro. Y esa dinámica parece no acabar nunca. Contra el Leganés, el error en señalar una falta de Mayoral a Cuéllar que solo vio el árbitro condenó al equipo a la derrota y el técnico explotó en rueda de prensa. Sin embargo, una semana más tarde nada ha cambiado. Contra el Villarreal, Medié Jiménez, en el VAR, cambió la decisión de Sánchez Martínez y el gol no subió.

El recuerdo de Mestalla y Medié Jiménez

La figura de Medié Jiménez representa curiosamente las irregularidades del VAR con el Levante. Si hace un año dejaba a Coke sin poder celebrar el gol en Mestalla, el domingo ante el Villarreal rompía la ilusión del Ciutat tras anular el 1-0 de Rochina. En la foto, en la que no se aprecia dónde cogen la referencia de la última parte del cuerpo del defensa, se ve cómo las líneas dejan, por cuestión de milímetros, a Morales en fuera de juego. Eso sí, ese mecanismo ya ha fallado en varias ocasiones esta temporada, por lo que no es fiable. De hecho, LaLiga dejó de emitir las imágenes con las líneas tomadas para evitar que otros demostraran sus errores.

Esa acción fue la gota que colma el vaso granota porque con el 1-0 y el Villarreal en un estado de ánimo muy bajo, la victoria estaba más cerca. Tres puntos de diferencia que dejarían al cuadro de Paco López con ocho puntos más sobre el descenso con el golaveraje ganado ante Celta de Vigo y el Submarino. Y lo peor no es solo el triunfo ante los de Calleja, es que con los datos en la mano, el Levante debería llevar trece puntos más esta temporada. Los errores contra Sevilla y Celta, dos penaltis inexistentes, no habrían cambiado el marcador. Eso sí, no siempre las decisiones arbitrales se han quedado en intrascendentes.

Desde Cornellà hasta Leganés

La primera vez que sucedió fue ante el Espanyol. Jornada cuatro. Aunque es cierto que Campaña comete un error de concentración, la realidad es que Granero empuja al andaluz en su intención de robar el balón y la jugada acaba en gol. Un punto que se lleva el viento. Y así hasta trece en total. Contra el Eibar fue otro claro ejemplo, Charles hizo el 3-2. Con el 2-2 y, sobre todo, con el marcador final sin contar esa acción, el Levante habría sumado tres en Ipurua. Luego llegó una de las más flagrantes de todas. La norma deja claro que si el jugador tiene el brazo apoyado en el suelo no hay pena máxima.

Eso dice la norma y así es como estaba situado Vukcevic en el Wanda, pero el VAR no corrigió la acción. Contra el Getafe, en el Ciutat, dos penaltis claros a Morales se quedaron sin lanzarse por culpa del árbitro y también del videoarbitraje. A esos siete puntos que volaron hay que sumar el perdido contra el Madrid en el famoso no penalti de Doukouré, el de Butarque y la falta que no fue sobre Cuéllar y los tres contra el Villarreal. En definitiva, de soñar con volver a jugar en Europa a estar sufriendo por la salvación.