A falta de dos jornadas para el final de la Liga en el Grupo VII de División Honor, el Levante está a sólo un punto del líder Villarreal y ya está matemáticamente clasificado para la Copa después de la derrota del Atlético Madrileño este sábado. Un año después del título del Juvenil B, las joyas de la cantera tienen a tiro el doblete. Si lo ganan será histórico. Y si no, también. Este domingo el Lorca visita Buñol a las 16:00. Para entonces ya se conocerá el desenlace del Villarreal-Alzira.

Nadie en el club recuerda una racha de diez victorias consecutivas como la que han encadenado los de Alessio Lisci, el entrenador italiano para el que muchos vaticinan un prometedor futuro en el fútbol de élite. Después de una segunda vuelta espectacular, pase lo que pase en Buñol sobran motivos para celebrarlo. Normal que Quico Catalán haya levantado un muro en la Ciudad Deportiva.

«Ganar tantos partidos seguidos era la única posibilidad de estar ahí arriba. En la primera vuelta se nos escaparon puntos inmerecidamente y teníamos que hacer algo distinto, aunque ahora nos queda lo más importante, el último punto», dice Alessio pensando en cerrar la Copa. «A partir de ahí ya nos la jugamos para meterle presión al Villarreal».

El temporadón del juvenil es un motivo de alegría, pero no una sorpresa. En Buñol se habla desde hace años de que esta era una generación «especial» con futbolistas que juegan juntos desde alevines e infantiles. Hace dos años hicieron récord de puntos y el pasado ganaron el título de Liga Nacional con Álex Blesa siendo cadete.

«Hemos llegado a este punto donde gracias al nivel de los jugadores formamos y competimos», reconoce Alessio, satisfecho con la promoción interna hacia el filial de chavales que ascienden a Segunda División B para ser protagonistas en el filial de Tevenet. «Con Cantero estoy muy contento. Lo entreno desde hace tres años y en el primero le costó entrar en Liga Nacional. Sin embargo, el año pasado la rompió de verdad y todo el mundo se enteró,incluso él mismo también, del gran potencial que tiene».

Entrevista a Alessio Lisci, entrenador del Levante juvenil

Entrevista a Alessio Lisci, entrenador del Levante juvenil

Por las manos de Alessio, como Cantero, ha pasado también Blesa, al que tal vez vuelva a tocar para jugar la Copa. «Hablo mucho con él porque le he entrenado dos años seguidos. Tiene que estar tranquilo, Tevenet ha apostado por él desde principios de año y no deja de ser un juvenil de primer año quemando muchas etapas», reflexiona sobre el actual asunto de estado, un handicap que le ha costado caerse de la selección española sub-17 en una temporada con otros dos de juveniles en la sub-18 (Toni Herrero) y la sub-19 (Álex Cantero). «Cuando formas bien llegan los resultados y los que más destacan tienen la suerte de vivir esas experiencias. Pero la clave es formar bien. Lo demás son solo las consecuencias».

Las consecuencias, sin duda, de un buen método: «El secreto es trabajar con Herni, con Carpin, con los que rodean al equipo y con Sergio y Joaqui en la cantera. Hablamos mucho, analizamos y vemos la manera de pulsar la tecla que toca».

De la Lazio a Buñol de prácticas

Alessio Lisci cambió la Lazio por el Levante con un contrato de prácticas. Villafaina, hoy al frente del Orihuela y entonces del filial, le dio vuelo en su cuerpo técnico y a partir de entonces compaginó su cargo de segundo entrenador con el de primero en el alevín, infantil y cadete. En ocho años ha pasado prácticamente por todas las categorías y eso que a Buñol llegó casi de rebote.

«Tenía un acuerdo con otro club, pero esa práctica no se pudo hacer. Mandé mi curriculum a todos los clubes de Primera y me contestó el Levante», rememora sin pasar por alto que tras la destitución de Villa se volvió para Italia «esperando que saliese algo». Una brevísima pausa que duró hasta que lo llamaron para coger al histórico juvenil de Liga Nacional. «Me vine deprisa, pero en coche. Estuvieron dos días sin entrenarse esperándome a que llegara por carretera», confiesa entre risas.