Si algo tiene que aguar la fiesta en el Ciutat, que sea la lluvia. El Levante recibe al Eibar con la cabeza puesta en finiquitar cuanto antes la permanencia, un objetivo mínimo que según los cálculos internos está aproximadamente a tres partidos faltando 10 con el de este domingo. En el peor de los casos los granotas acabarían la jornada a tres puntos del descenso más el golaveraje tras la remontada del Celta y en el mejor a seis, una ventaja que no da margen a casi nada. Y es que la remontada de los celestes en Balaídos contra el Villarreal lo ha comprimido todo por abajo.

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Jugando como contra el Real Madrid, el Leganés y el Villarreal, tres derrotas con componente arbitral, el equipo de Paco López tendrá el camino hecho. Si lo hace como en la primera parte contra la Real Sociedad, todo lo contrario. En el descanso de San Sebastián el míster de Silla puso el grito en el cielo y sí, surtió efecto. Mendilibar hizo lo mismo con los suyos por el entrenamiento del viernes. Dos toques de atención para enchufarse.

Condenados según el parte metereológico a la lluvia, lo que se espera en Orriols es que al menos no se repita el chaparrón arbitral. Prieto Iglesias y Hernández Hernández, colegiados de campo y VAR, respectivamente, provocan de salida reservas. El primero es el del penalti de Vukcevic en el Wanda con el que empezó todo. El segundo, el que en la sala del VOR señaló uno igual de inexistente de Róber ante el Celta.

El Eibar, que ni gana a domicilio desde octubre ni está para tirar cohetes, es el primero de los tres rivales seguidos ante los que el Levante puede dar un golpe casi definitivo. El miércoles toca el Athletic Club y el próximo domingo el Huesca de nuevo en el Ciutat. Para entonces, pese a la tendencia de sólo dos victorias en 14 jornadas, las cosas podrían estar ya bastante claras. Al menos si el equipo mantiene la tendencia de las anteriores o, mejor todavía, las de la pasada temporada en este mismo tramo.El armero fue el primer contrincante de SuperLópez en casa y el que inauguró una racha triunfal que tuvo uno de sus puntos álgidos ante el Las Palmas y el golazo histórico de Campaña.

A Campaña y a sus dos escuderos, Rochina y Bardhi, es precisamente a lo que se agarra el Levante para marcar diferencias. Con el macedonio de vuelta tras marcar con su selección, nada impide alinear al triángulo mágico. Y es que en el centro del campo es paradójicamente donde están pasando parte tanto de las mejores cosas como de la peores. Si ellos carburan, el equipo corre y no hay quien lo detenga.

Postigo y Vezo están a disposición del técnico para apuntalar la defensa, línea fundamental después del 4-4 y las aguas que hizo por alto en el partido de la primera vuelta en Ipurua, mientras que en el costado derecho la duda estriba en si el elegido será Coke o Moses Simon. El vallecano viene de naufragar como carrilero la última jornada, pero el nigeriano, a la postre uno de los revulsivos en ataque, ha sido el último en volver de su selección. La opción de Jason, aunque está en la convocatoria, se antoja remota. Los pitos ante el Villarreal cuando salió a calentar fueron disuasorios y en una semana de tres encuentros se presume que el suyo será el de Bilbao.

En ataque Borja Mayoral vuelve a partir con ventaja como acompañante de Morales después de que en los últimos choques haya sido la apuesta de inicio en detrimento del goleador Roger. Fuera de la lista se ha quedado Raphael, aún lesionado, además de un Toño en proceso de reacondicionamiento integral. El descarte más llamativo, no obstante, es Oier. El exmeta titular, aquejado de unos mareos, se queda fuera, aunque no es un problema grave.