La esperanza del Levante UD de percibir 3.5 millones de euros -el 30 por ciento del traspaso- por la marcha del exgranota Deyverson al fútbol chino se desvanece. Al parecer, el atacante brasileño se quedará en el Palmeiras y no emprenderá una aventura asiática en el Shenzhen, equipo que dirige López Caro, técnico que casualmente comparte con él su pasado en Orriols.

El mercado de la Superliga china cierra el próximo viernes y Deyverson no ha dado su brazo a torcer. El Shenzhen ofrecía por hacerse con sus servicios 12 millones a su equipo y una ficha más que notable. Pero no ha sido suficiente para complacer las pretensiones del ariete, a quien una ficha de 4,2 millones de dólares le pareció poco, llegando a pedir que se incrementara hasta los 6 'kilos'.

La paciencia se agota en el Palmeiras

El asunto comenzó la semana pasada cuando Scolari, su entrenador, declaró tras el encuentro ante el Santos que Deyverson se quedaría en el Palmeiras. "El equipo tuvo la posibilidad de vender a Deyverson por excelentes valores. Cuando hablé con él tuve la sensación muy agradable porque me dijo que no quería irse", comentó el preparador. Además, Scolari explicó que el atacante le preguntó sí él quería que abandonara el equipo y que le contestó que pese a cometer "algunas exageraciones", era una persona de su confianza y podía ayudarle a mejorar su situación.

Sin embargo, el domingo el futbolista subió a sus redes sociales un vídeo anunciando su marcha a China, aunque solo unas horas más tarde anunciaba que había sido una broma que no ha sentado nada bien a los aficionados del Palmeiras, que no han tardado en criticar al jugador por sus exigencias para aceptar el traspaso.

La paciencia con el brasileño está cerca de acabarse, y pese a las palabras de aprecio de su entrenador, en el Palmeiras están cansados de su bajo rendimiento y de sus constantes faltas de indisciplina, hasta el punto de agenciarle un psicólogo para tratar de reconducir su situación.

A escasos dos días para el cierre del mercado en China, la dirección deportiva del Levante es consciente de que esos 3,5 millones de euros se alejan y que a no ser que la situación cambie radicalmente, nunca llegarán a las arcas granotas. La esperanza es lo único que se pierde, y hay motivos para seguir siendo optimistas porque la realidad es que su equipo quiere deshacerse de él como sea y que Crefisa, su principal patrocinador, busca recuperar parte de la inversión que hizo al ficharle por 5,5 millones por un 70 por ciento de su propiedad, procedente del Levante tras su reseñable cesión en el Alavés.