El fundador del Levante UD tendrá una calle en el Cabañal, justo la principal al lado del paseo de la playa. Así lo ha decidido la Comisión de Cultura del Ayuntamiento de València, que aprobará el próximo jueves 18 el cambio de la denominación de la calle Pavia por el de José Ballester Gozalvo, ilustre vecino del barrio y sobre todo impulsor del club granota. Oficialmente la petición se cursó hace unos meses a través del Instituto de Educación Secundaria que lleva el mismo nombre en reconocimiento a la generosidad y la entrega a la docencia tanto de Ballester como muy especialmente de su padre, el conocidísimo maestro Ballester Fandós, además de muchos de sus sobrinos y hermanos.

En el proceso han tenido también mucho que ver los periodistas e historiadores Felip Bens y José Luis García Nieves, quienes reivindicaron su figura en Historia del Llevant UD (L’Oronella, 2009). Según Bens, la calle que a partir de ahora llevará el nombre de Ballester Gozalvo es “la ideal”, ya que está frente al mar y “Ballester Gozalvo siempre sintió una profunda nostalgia durante su exilio por la playa valenciana, como muestra en muchos de sus escritos”. No en vano, pese a que está enterrado en Villiers-Adam, junto a sus restos reposan una bandera republicana, una Senyera valenciana y un puñado de arena precisamente de esa playa del Cabañal.

Ballester Gozalvo, a la izquierda, junto a su amigo Emilio Gascó Contell.

José Ballester Gozalvo (El Cabañal, 1893 - París, 1970), licenciado en Magisterio y Doctor en Derecho, ejerció como profesor, abogado, periodista, ensayista, traductor, autor teatral, masón y político, además de ser el gran impulsor y primer presidente del Llevant FC (actual Levante UD). En la II República fue alcalde de Toledo, diputado en Cortes y director general de Enseñanza. Durante la Guerra Civil organizó las milicias en la retaguardia republicana y fue auditor de la Comandancia de Cataluña.

En el exilio francés fue responsable de la biblioteca española del Parlamento Francés y ostentó los cargos de presidente de la Liga Española de Derechos Humanos y de Izquierda Republicana o de subsecretario de Asuntos Exteriores y ministro de Exteriores del Gobierno Republicano. Además dio conferencias, tuvo una dilatada actividad masónica, participó en programas de radio, fue articulista de prensa y trabajó intensamente para facilitar la adaptación y preservar la cultura de los exiliados españoles en Francia. Durante sus 31 años de exilio republicano en Francia trabajó de forma denodada por la caída del dictador y la restitución democrática en España.