Sin llegar a romper a llorar, como sí hiciera el pasado 30 de enero, cuando el club le comunicase que finalmente no iba a salir, los nervios volvieron a jugarle una mala pasada a Cheick Doukouré. Fue el pasado lunes, en el Deportivo Alavés-Levante UD. En Vitoria le generaron una pérdida innecesaria de balón, por la cual Jony se plantó plácidamente ante Aitor y le batió para sentenciar. Se podría decir que ese fue un gol por estrés; de este no le había faltado al marfileño en los últimos días del mercado invernal. Y finalmente para nada.

Después de haber hablado personalmente con José Bordalás, técnico azulón, y de que Quico Catalán hubiera dado el OK a la oferta de préstamo, el mediocentro se encontró con que los granotas cambiaron de parecer. Le comunicaron que no iba a salir por petición expresa de Paco López. El argumento era que la marcha previa de Prcic y el fracaso en el intento por firmar a Lukic aconsejaban su continuidad en plantilla. Pero por una cuestión principalmente numérica, pues el entrenador había sido el primero en abrirle la puerta semanas antes.

Antes y después de Prcic

Con el bosnio todavía a sus órdenes, el de Silla le había dejado claro que no iba a contar con el protagonismo que quería para asegurarse su participación en la Copa África de este verano. Los números refrendaban la afirmación de Paco, quien entre decisiones técnicas y lesiones apenas había utilizado a Cheick en 274 minutos hasta finales de enero.

Sus suplencias en la eliminatoria copera ante el Barça habían hecho el resto: el futbolista decidía aceptar y elegir entre sus pretendientes para su cesión. De estos, el Getafe acabaría colmando las aspiraciones de uno y otros. Se trataba de un club de LaLiga, que teóricamente ya no iba a ser rival directo de los granotas, le aseguraba protagonismo y los 300 mil euros por el préstamo, más el pago de las fichas y variables, que había solicitado Quico Catalán.

Descarte, disculpas y titularidad

Fue aquel giro inesperado granota el que mantuvo en vela a Doukouré la noche previa al cierre del mercado, motivo por el que se ausentó de la sesión posterior. Nadie le recriminaría nada por ello en Orriols; por el contrario, los responsables del club le pidieron disculpas y se apeló a su profesional y entrega para olvidar lo sucedido. Después de darle un respiro justamente en la visita getafense, apenas dos días después, las ausencias de Campaña y Rochina motivarían su aparición en el once en Vitoria. Con el regreso de los teóricos titulares, la moneda de pago por su error podría ser de nuevo la suplencia.