De la autocrítica y el afán de mejora manifestados públicamente por Quico Catalán y Paco López nada más lograr el Levante UD la permanencia no se libran nadie ni nada. Tampoco el trabajo de pretemporada, que va a ser objeto de sustanciales modificaciones respecto al verano pasado. Hasta el boceto sobre el que se empezó a trabajar hace semanas está sujeto a cambios: en el club prefieren ahora acortar al máximo las salidas al exterior en la fase de preparación.

Sin una larga estadía en el extranjero, donde Paco López y sus pupilos consumieron once días en 2018, los granotas podrían utilizar Ermelo u otro paraje similar únicamente como centro de operaciones para la disputa selectiva de amistosos. Los técnicos creen oportuno cruzar la frontera únicamente para disputar compromisos exigentes. Frente a rivales de enjundia, que son más complicados o costosos de encontrar en España por esas fechas. La cita ante el Feyenoord en Rotterdam, el pasado 29 de julio, sirve como referencia de búsqueda.

Acortadas las posibles experiencias fuera de España a menos de una semana -el tiempo estrictamente necesario para dos o tres compromisos-, el Levante 19/20 cogerá forma principalmente en la Ciudad Deportiva de Buñol. Allí se realizarán la mayor parte de las sesiones veraniegas, al margen de la preceptiva concentración en un enclave nacional.

La Finca u otro destino similar

El elegido en 2018 fue La Finca; repetir e incluso ampliar en algún día la anterior experiencia (de cinco) es una de las opciones que baraja en el club. Oliva, Pinatar, Campoamor y La Manga, donde el Levante estuviera en anteriores campañas, también se incluyen en el elenco de posibilidades.

En la configuración definitiva de la pretemporada va a tener mucho que ver el preparador físico. Pepe Pastor, como sus predecesores en el cargo, es uno de los más implicados en la elección de destinos y fechas por su papel preponderante en el trabajo de acondicionamiento de las primeras semanas. A su llegada a Orriols, en junio de 2018, el castellonense se encontró sin opciones para acomodar a sus prioridades la fase de preparación de la 18/19. Esta se encontraba ya negociada y firmada a esas alturas, con Ermelo como epicentro por tercera vez en el último lustro.

Cincuenta días de vacaciones

La exigencia física y sobre todo psicológica de la campaña recién acabada ha empujado a Paco López a adelantar lo máximo posible el descanso de la plantilla. Sin amistosos por delante, y con la convicción de que los entrenamientos postemporada solo son foco de relajación y posibles lesiones, el técnico ha concedido 50 días de vacaciones a sus jugadores. Estos desconectarán por completo este miércoles, cuando están convocados para la ceremonia de entrega anual de los Premios Manu de la Paz.

La permanencia del filial favorece los planes de pretemporada, a diferencia de lo que sucediera hace un año. Los jugadores del Atlético Levante compitieron entonces hasta el 24 de junio, cuando lograsen el ascenso a Segunda B a costa del Ibiza. Manzanara, Pepelu, Blesa, Shaq o Cárdenas estarán en condiciones de reforzar a la plantilla desde el primer día; en el caso de Cantero, quien ha vuelto a bajar al juvenil para la Copa del Rey, todo dependerá de hasta cuándo lleguen los granotas en esta competición y si desde el club se apuesta ya por él, a sus 19 años, para la preparación del primer equipo.