Con la salida de Tito, la dirección deportiva del Levante se encuentra en estos momentos descabezada a la espera de la llegada de un nuevo responsable. Hasta que eso suceda, y con Paco López de vacaciones, es Quico Catalán como cabeza visible quien asume parte de esas funciones, entre ellas atender a los agentes que estos días llaman a la puerta del club. Mientras que la semana pasada fue Enrique Rosado el que se reunió con el presidente para detallar el blindaje de Campaña y poner a Luna en la rampa de salida, ayer fue el turno de Eduardo Llanos, quien entre otras cosas estuvo en el Ciutat por la opción de recompra que el club tiene sobre Armando Sadiku. Y es que con más de 30 futbolistas en plantilla, la operación salida no sólo es urgente sino que se trata de uno de los principales quehaceres que tendrá el nuevo jefe deportivo.

El Levante traspasó a Sadiku al Lugano el pasado enero en una rocambolesca operación a coste cero pero con una opción de recompra que expira ahora y que hay que decidir si se ejecuta o no, bien para quedárselo en la plantilla o para tratar de hacer negocio con él. Una vez recuperado de su grave lesión de ligamento cruzado, el punta albanés ha jugado 16 partidos en la liga suiza, marcado tres goles y dado una asistencia con cerca de la mitad de los minutos posibles disputados.

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