Cómo va a querer irse, si es hasta el rey de la pista en Pamplona. Máximo asistente y campeón de LaLiga 1|2|3, el setabense se coronó el sábado por la noche en los festejos sobre el césped marcándose un 'paso de gusano', propio del break dance. «Rubén (García), quédate», corearía en más de una oportunidad El Sadar, en respuesta a sus guiños cómplices. El mediapunta ha dejado claro públicamente, y en privado a los granotas -y al propio técnico- que agradece el deseo de Paco López de repescarle, pero que él casi que prefiere quedarse en Osasuna.

El gesto no hay que entenderlo como de desprecio hacia el Levante, sino de aprecio al club en el que por fin ha explotado. A punto de cumplir 26 años, el que fuera internacional sub-21 ha alcanzado el punto de madurez en el campo y a nivel personal que le faltaba en campañas anteriores. Sus 37 partidos, siete goles y 11 asistencias exponen los beneficios del idilio con los rojillos.

Ídolo en El Sadar

El ascenso (de calle) de Osasuna ha reforzado la postura de Rubén, quien además de tener asegurada una elevada cuota de protagonismo podrá jugar también en LaLiga Santander con su actual equipo. Paco López lo quiere de vuelta, pero no para entregarle la titularidad a ciegas. La vuelta del setabense no implicaría mucho más que una cesión de Simon, pues la competencia de Hernani y los hombres de banda que quedan por llegar le relegarían a la suplencia de inicio seguramente.

Llegados a este punto, Levante y Osasuna parecen abocados a pactar el pago de un traspaso que contente a todas las partes. Ejecutada en plazo la opción gratuita de repesca (solo conlleva el pago de una pequeña cantidad al jugador), los azulgranas la desactivarían a cambio de una compensación económica. Forzar el regreso del setabense en contra de su voluntad podría resultar contraproducente, más si cabe si fuese para venderle al mejor postor.

Decisión "muy complicada"

«Para Rubén es una situación muy complicada. Es su casa, es donde ha crecido. Hay que esperar y ver qué dice el Levante. Si Rubén no quedase allí, vendría aquí, dudo mucho que fuera a otro club que no fuera el nuestro, que sería su primer destino», destaba Braulio Vázquez, director deportivo rojillo, en una entrevista concedida a Radio Marca Navarra a finales de la semana pasada.

Urgencia 'versus' carestía

Faltaría lógicamente acordar la cantidad de venta, que de acuerdo con las palabras del dirigente rojillo no sería elevado. «Cuando oigo que ofrecemos tres o cuatro millones por un jugador...eso a día de hoy no es posible», decía en la citada entrevista, en la que se mostraba muy prudente respecto a la llegada a buen puerto de los contactos con la entidad de Orriols. «Hoy por hoy, las posibilidades son pocas». La inclusión de derechos sobre una futura venta y otras variables facilitarían las cosas.

La urgencia que tienen los granotas por aligerar exceso de plantilla (hay más de 30 efectivos) juega en favor de los rojillos. Si Rubén no está muy por la labor de reintegrarse definitivamente a la disciplina del Levante -con el que además tendría que negociar un nuevo contrato-, para qué quiere tenerle Paco López como uno más en pretemporada. Sí que completó casi todo el verano a sus órdenes hace un año, hasta que por fin pactó su salida a coste cero a Osasuna. De permanecer en El Sadar, mejoraría y ampliaría su vinculación.