El juvenil granota tiene derecho a seguir soñando con plantarse en Roquetas de Mar el próximo sábado 29 de junio. Y si lo consigue se lo habrá ganado a pulso. Pero para ello antes tienen que superar un último examen para quedarse a solo noventa minutos del título. Los pupilos de Alessio Lisci deberán conquistar el Cerro del Espino y fraguar una remontada, que a la postre sería histórica para los levantinistas. El resultado (1-2) de Buñol de hace siete días no es bueno, pero la confianza del equipo es alta después de haber perdido el primer duelo —quince de 16 encuentros sin conocer la derrota— en todo lo que ha jugado desde que arrancara el 2019.

Para el Levante se antoja complicada la tarea de doblegar al Atlético en casa. Los rojiblancos no perdieron ni un solo partido como locales durante la fase regular de la División de Honor y solo encajaron seis goles. Un buen espejo en el que mirarse es del Zaragoza, que ganó 0-1 en los cuartos de la Copa de Campeones.

Estos datos son una prueba de la fortaleza defensiva del equipo dirigido por Carlos González, pese a ello si el Atlético está a un paso de alcanzar la final, lógicamente se presenta como un rival difícil. No obstante en eso mismo deben ampararse los juveniles levantinistas y no sentirse inferiores en ningún momento, ya que como han demostrado durante toda la temporada, Lisci y los suyos son uno de los equipos más potentes de la categoría del fútbol español.

Precisamente Lisci hacía hincapié tras eliminar al Numancia en que el equipo había crecido a nivel mental y que manejaban las situaciones de máxima presión con madurez y personalidad. Dos características que deben tener presentes para manejar el resultado, ya que no solo deben hacer dos goles, sino también dejar la portería a salvo.

Ese tanto de Milo sobre la bocina en la ida es oxígeno y esperanza. De hecho el equipo llevó el peso del juego en Buñol hasta el minuto 27, donde el Atlético se aprovechó del desconcierto local para hacer el 0-2 en poco más de cinco minutos. Las sensaciones finales fueron buenas pero queda plasmarlo en una remontada más que posible. Esta pasa por recuperar ese juego atrevido que acosa y agobia a los rivales y un acierto de cara a portería que siempre ha sido elevado para los granotas este año. Es el momento de hacer historia para el juvenil.