Muy mucho tendrán que cambiar las cosas para que Campaña se quede en el Levante UD. El próximo 1 de julio entra en vigor su nuevo contrato hasta 2023, con 60 millones de euros de cláusula en lugar de 15 y una ficha próxima a los tres por temporada, lo que lo convertirá en el mejor pagado de la plantilla. Sin embargo, las continuas reuniones de Enrique Rosado, su agente, con Quico Catalán, no son por capricho ni se explican solo con la salida también sobre la mesa de Luna.

La posibilidad de que Campaña sea traspasado es tan grande que el Levante, desde antes del nombramiento de la nueva área deportiva, lleva semanas estudiando el mercado para reemplazarlo. Al margen de Melero, cuyo fichaje está encarrilado con el Huesca, el objetivo es reforzarse con dos mediocentros más: un Lerma y un Campaña, uno de cada. Ni Prcic ni Doukouré, ahora lesionado, cubren las necesidades de Paco López, por lo que ambos tienen abierta la puerta de salida, mientras que el caso de Vukcevic, la inversión más elevada de la historia, se perfila como uno de los más peliagudos de gestionar. A pesar del seguimiento a varios centrocampistas de Segunda, la idea pasa por ajustar el tiro al máximo con futbolistas de primer nivel que aseguren rendimiento a corto plazo.

A punto de entrar en su último año de contrato, Campaña renovó a finales de abril tras un maratoniano encuentro de nuevo entre Quico y Rosado en el que, con la amenaza añadida del peligro de descenso y la rebaja automática de su cláusula a ocho millones, el Levante salvó la bola de partido dándole lo que en Orriols jamás ha tenido nadie y agradeciéndole así el gesto de no dejar tirado al club que lo rescató de Italia para el proyecto del ascenso.

Rosado se ha reunido con el presidente en el Ciutat dos veces desde el final de LaLiga, la primera el pasado 23 de mayo, ya sin Tito, y la segunda el pasado martes, todavía sin Manolo. En ambos encuentros el auténtico telón de fondo no ha sido otro que el futuro del andaluz. Campaña sigue en el punto de mira de equipos italianos, ingleses y alemanes pero, como el pasado invierno, sobre todo en el del Sevilla. Y es que los hispalenses, siempre un paso por delante del interés del Atlético de Madrid, están dispuestos a poner el taco para convertirlo en el jugador franquicia de su actual cambio de ciclo.

Lo mismo que hace un año

Como hace justo un año con Lerma, quien por cierto acabó por declararse encubiertamente en rebeldía para forzar la máquina, entre el Levante y Campaña se selló un pacto de caballeros para estudiar por debajo del valor de los 60 kilos su nueva cláusula y aun así el doble de los 15 que marcaba la anterior. Aunque ése fue precisamente uno de los tiras y afloja que alargaron la negociación, no hay una cantidad concreta para activar la renoventa, el Levante no está dispuesto a negociar por menos de 30, una cantidad a la que por ahora no ha llegado nadie.