Hace una década, cuando Quico Catalán se puso al mando, el Levante UD cumplió un siglo rodeado de dudas sobre su supervivencia. «Qué bonito habría sido celebrarlo hace un año o ahora», reconoce el presidente, que pasa revista a la actualidad del club y al momento del levantinismo con motivo de la doble conmemoración de hoy: el 110 cumpleaños del club y el 50 del estadio.

¿Se acuerda de cómo celebró el Levante UD su cien aniversario?

Qué bonito habría sido celebrarlo hace un año o ahora. Habríamos aprovechado la fortaleza actual del club para poner en valor nuestra historia. Entidades valencianas que tengan cien años no hay tantas. El 110 aniversario lo vamos a vivir con normalidad porque no es el centenario pero hemos trabajado internamente para honrar a muchos aficionados, empleados, presidentes y jugadores que han hecho posible que vivamos estos momentos.

El Levante UD nunca había estado así a todos los niveles, los últimos diez años han sido la década prodigiosa.

Me cuesta reconocerlo porque son los años que llevamos una serie de personas al frente del club. Pero es la realidad. De diez años ocho han sido en Primera cuando en nuestra hstoria nunca habíamos estado más de dos. Es un dato objetivo que llegamos a estar seis consecutivos y a jugar en Europa. Y nunca habíamos tenido una afición tan fiel. Mi abuelo y mi padre me contaban las historias del Trenet, de cómo se llenaba Vallejo y de cuando la gente se movilizaba para seguir al equipo por los pueblos en Tercera. Ahora tenemos más de 21.000 abonados, hemos regenerado la masa social y es un orgullo ir por la calle y ver camisetas del Levante, en mi época no las había.

Usted es el enlace entre aquel Levante UD de su abuelo y su padre y el de sus hijos, acostumbrados a verlo en Primera.

Es una realidad que se convierte en un problema. Hace tres temporadas mi hija Lucía, que ahora tiene 14 años, me pedía poner el teletexto para ver la clasificación, no entendía que fuésemos últimos y yo trataba de explicarle que su Levante de ahora no era igual que el mío de antes. El Levante siempre había sido un gran club en Tercera y Segunda B, con tradición, una historia y unos orígenes muy consolidados con la fusión de dos clubes de una ciudad que tenían ideas diferentes. A este club nadie le ha regalado nada y esos primeros cien años tienen mucho mérito. Pretendemos construir un proyecto donde perdure la idea de honrar nuestro pasado y conquistar el futuro. No podemos olvidar de dónde venimos.

¿A qué le da más valor: a haber acabado con la deuda que casi mata al club, a haber llenado el estadio o a que el hábitat del equipo sea ahora la Primera División

Para mí lo más importante es el respeto por la institución y el sentido de pertenencia, que es algo que viene propiciado efectivamente por lo económico, lo deportivo y lo social. Ahora sales a la calle y el levantinista se siente orgulloso, la gente de otros equipos le felicita cuando hace unos años los había que no sabían dónde estaba el Levante. Lógicamente eso viene marcado por haber saneado el club, porque si no estuvieses en Primera División no tendrías 21.000 abonados. Para mí lo más bonito es que hoy un niño va con la camiseta del Levante y la gente lo identifica. Ese hueco en la sociedad civil y deportiva ya lo tenemos. Y en el fútbol profesional español somos un club muy respetado y reconocido.

El Club de los niños ha acabado siendo el de papás, abuelos, tíos... ¿Tienen cifras de este fenómeno?

Manejamos datos, pero estamos hablando de un espectro tan grande... Yo siempre hablaba del levantinista activo y el pasivo. Estamos convirtiendo a los pasivos en activos, que son los que vienen al estadio, y cada vez hay más pasivos, gente en València que a lo mejor es de otro club pero que cada vez siente más respeto por el nuestro. Con el Club de los Niños, que al principio no se entendía, hicimos dos acciones. Por un lado que el padre trajera a sus hijos y por el otro nos abrimos a los colegios. Antes usábamos a nuestros abonados como prescriptores para las nuevas generaciones, pero hubo algunas que se perdieron por el camino. Hemos logrado que muchos vuelvan, pero lo que hemos hecho sobre todo ha sido crear nuevas generaciones de levantinistas. Están siendo los niños los que arrastran a los papás que igual son aficionados a otros clubes o deportes.

La nueva masa social también eleva la exigencia deportiva y el discurso de la permanencia ya no vale.

Este proyecto seguirá creciendo siempre y cuando el Levante esté en Primera. Si desciendes de categoría tiene que ser un drama deportivo pero no institucional, que es el mensaje que trasladé cuando bajamos en Málaga. El que no piense que hay 14 equipos cuyo objetivo es estar en Primera se equivoca. Nadie me va a hacer cambiar esa idea. Clubes históricos no están hoy en la élite y hay que poner en valor que eso es lo primordial. Y luego efectivamente no hay que renunciar e intentar siempre mejorar. Internamente también incentivamos a los futbolistas para que queden el noveno en vez del 14.

Salvarse en la penúltima jornada sabe a poco.

Sí, pero es un éxito. Y con eso no quiero decir que me acomode. Soy exigente, pero realista. Entiendo que sepa a poco porque el aficionado se ha transformado. Hay mucho aficionado que no conoce el Levante de los años 80 y 90. El día que subimos en Madrid contra el Castilla a Segunda A fue el más bonito de mi vida como aficionado del Levante y tendría 20 años. Yo estuve en Écija, me subí en el bus de las peñas y fui soñando con subir a Segunda A. Eso lo tengo muy presente. Y cuando ascendemos en Chapín eso fue la leche. Había gente como es mi caso que no habíamos visto nunca al Levante en Primera.

De no ser por la incertidumbre del descenso, el 50 aniversario del Ciutat

Ése no fue el motivo real.

Quico Catalán habla del estadio del Levante UD

Quico Catalán habla del estadio del Levante UD

¿Entonces cuál fue?

En marzo, la ingeniería que nos desarrolla el proyecto (Idom), nos transmite que están detectando unos errores de cálculo de la estructura cuando faltaban escasas semanas para presentar el proyecto de licitación de la obra. No hay más. Es el único motivo real por el que el día después del partido contra el Atlético no empezaron las obras

Luego se le acusa de falta de transparencia, ¿por qué no lo había dicho hasta ahora?

¿Falta de transparencia en no decir que la ingeniería que nos lo está haciendo detecta esos errores? Para mí lo fácil habría sido decirlo. No me habrían pegado lo que me han pegado, que si incumplo... Es la ingeniería que ha hecho el mejor proyecto de España, el de San Mamés, y queríamos un imposible que era tener la cubierta en cuatro meses. Pero cuando falló la primera pieza, todo eso se cayó. Se corrigieron los errores, en julio empezaron las obras y en agosto tendremos la cubierta.

¿Qué espina tiene más clavada, la de la cubierta o la del fair-play?

Al final el fair-play es una cantidad límite que te puedes gastar en una plantilla. Si has llegado a tener 35 jugadores es imposible. No es un problema económico o financiero, sino de cuadrar. Y ha llegado un momento en el que has tenido a muchos jugadores con contrato. Si en vez de tener a 35 son 20 es menos problema. Este año es importante dar un alto rendimiento para poner en valor a ciertos futbolistas, tanto los que se han quedado como los que se han ido cedidos. El objetivo es que dentro de un año surjan operaciones de venta porque seguro que tenemos que hacer operaciones de venta. Es el cambio por el que hemos optado este verano, a diferencia de otros, no vendiendo a ningún futbolista.

Quico Catalán habla sobre el Fair Play Financiero del Levante UD

Quico Catalán habla sobre el Fair Play Financiero del Levante UD

Podrían haber vendido a Campaña y santaspascuas.

No hemos dado pie a venderlo, aunque es verdad que hubo interés. Nunca hablé con el Sevilla, aunque lógicamente con su agente sí. Pero hemos optado por revalorizar nuestros activos. Queremos que la madurez de ese jugador nos lleve a dar un salto deportivo y a conseguir los objetivos con más solvencia.

Los dos últimos fichajes, el del central y el mediocentro, han sido con la carta de libertad. ¿Hasta qué punto ha influido que durante varios meses no hubiese dirección deportiva?

Había mucho trabajo hecho y la clave era sacar jugadores. Tomamos la decisión al final porque hasta el penúltimo partido no nos garantizamos la permanencia y aun así pasaron 15 días. Intentábamos evitar cualquier distracción que pudiera afectar deportivamente. Lo más importante más allá de firmar a 3-4 incorporaciones que se tenían claras era sacar a ese futbolista que no había tenido oportunidades y ponerlo en valor. Y esas operaciones nunca se hacen en julio. Rubén se hizo muy rápido porque Osasuna lo quería y se hizo. Pero el resto de este tipo de cesiones que son opciones número 3 o 4 para algunos clubes no se toman hasta agosto o finales. Así que en mi opinión no ha repercutido para nada. Al final ha salido todo bien, esperamos que la plantilla dé un buen rendimiento y que también lo den los jugadores que se han ido porque eso puede tener un retorno económico. Todos pueden volver, incluso a Shaq lo podríamos recuperar, pero necesitamos ponerlos en valor.

El club cumple hoy 110 años con un juicio en marcha por algo que ocurrió hace nueve... La reputación aguanta, pero es una situación comprometida.

Es triste estar viviendo lo que estamos viviendo. Hay que respetar el proceso, Dios quiera que se demuestre que los jugadores del Levante son inocentes. Es importante que la gente tenga claro que el club no está en ningún lugar de ese proceso, aunque tendré que ir a declarar en condición de testigo como ya hice en la fase de instrucción. La honorabilidad del Levante UD está por encima.

Quico Catalán habla del 110 aniversario del Levante UD

Quico Catalán habla del 110 aniversario del Levante UD

Aunque han pasado nueve años, es un detalle importante que sobre los exjugadores ahora acusados, salgan inocentes o culpables, se ha establecido un 'cordón sanitario'.

No sé si es importante o no. Lo único es que, y así lo reitero, la presunción de inocencia nos la tenemos que hacer mirar en este país. Hay que tener presente que hay un juicio y que hasta que su señoría diga lo contrario son inocentes. Vamos a ver si es así porque nuestra posición es de absoluto respeto.