El guardameta de moda de LaLiga, líder en las clasificaciones de valor estadístico y determinante para el Levante UD con sus paradas, seguirá defendiendo la portería granota hasta 2023. Ese es, al menos, el acuerdo que el club y el representante de Aitor Fernández han dejado encarrilado y que verá la luz en los próximos días después de haber salvado el último escollo que les separaba, concretamente un bonus económico por partidos jugados.

Aitor, convertido en unos de los jugadores franquicia del proyecto, dejará con esta renovación de ser el peor pagado de la plantilla. Sus ingresos, por debajo de los 400.000 euros brutos por temporada, se van a ver prácticamente triplicados. El vasco se situará así en el tercer escalón salarial por debajo de Campaña, que marca el tope, y también de Sergio León, Borja Mayoral, Vezo o Morales. El sueldo final rondará los 1,2.

El acuerdo definitivo con Aitor, a expensas todavía de la firma y del anuncio oficial, se ha demorado en los últimos días por las diferencias en el montante variable de su ficha. La principal discrepancia entre las dos partes estribaba en un bonus extra a partir de la disputa de 20 partidos, un baremo que a ojos del club era muy bajo tratándose para más inri de una posición específica como la de portero. La prima, sin embargo, terminará enjugándose de manera global dentro de otros parámetros. La cláusula de rescisión, de 20 millones, también se doblará en valor.

En lo que Aitor sí que ha tenido que transigir es en que a nivel salarial la renovación no será efectiva hasta el próximo ejercicio, aunque con efecto retroactivo a esta temporada actual. El motivo de la vuelta de tuerca no es otro que las estrecheces con el fair play financiero. Después del traspaso de Prcic y la cesión de Sadiku, el club consiguió cuadrarlo sobre la bocina por un margen positivo de 60.000 euros, una circunstancia que le obliga a no engordar la masa salarial de la plantilla y que a día de hoy, si no se garantiza ingresos extras o la salida de algún jugador, tampoco permitirá fichar en el mercado de enero. Este fue el motivo, unido al no traspaso de Campaña, de que los dos últimos fichajes, los únicos con el sello exclusivo de la actual área deportiva, fuesen con la carta de libertad bajo el brazo y de bajo coste: Óscar Duarte, con una ficha de 500.000, y Nemanja Radoja, sobre 900.000.

Final feliz tras varios meses

Con el acuerdo con Aitor se cierra un capítulo que llevaba abierto desde verano. En aquel momento, y tras haberse convertido en titular en el segundo tramo de LaLiga, el guardameta renunció a ejercer una cláusula de escape en su contrato por la cual podría haberse ido a otro club por 1,5 kilos de traspaso. Ése era el precio con el que se protegió en caso de que sus circunstancias deportivas hubiesen sido peores. Y es que un año atrás, con el ahora lesionado Oier recién renovado y en calidad de titular indiscutible, su recorrido en Orriols no estaba claro.

A petición del míster, que lo había tenido a sus órdenes en el Villarreal, el Levante fichó a Aitor del Numancia, justo después de disputar el play-off de ascenso, por un millón más 200.000 adicionales a pagar cuando se certificase la permanencia. Firmó cuatro temporadas y una quinta opcional por objetivos. Si cumple entero su nuevo contrato, finalmente van a ser seis.

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