El Levante UD se fue del Pizjuán con la miel en los labios después de que un gol a cinco minutos del final lo privara de sumar un empate que se estuvo trabajando en los anteriores 85. El sabor amargo duraba todavía ayer, máxime cuando el equipo estuvo metido en un partido en el que la victoria lo habría dejado incluso en puestos de Europa League, encima en vísperas de recibir al Espanyol, actual penúltimo. Y es que la visita del conjunto ahora de Machín, víctima de un flojo arranque de temporada y un cambio en el banquillo, ha cogido más trascendencia a raíz de los resultados del fin de semana. Cuanto menos pese la derrota contra el Sevilla, más camino adelantado, ya que afrontar con las máximas garantías el próximo envite es lo mejor que puede pasarle a los de Paco López de cara a no perder comba en la tabla. El domingo hay que ver la mejor versión levantinista, la que coincidió con la primera media hora, un tramo en el que faltó el gol como premio a la presión alta y asfixiante desplegada sobre campo contrario.

Que al equipo le falta fondo para aguantar ese ritmo vertiginoso, por contra, es una realidad. Ya le ocurrió la temporada pasada, en la que vivió a lomos de sus inicios fulgurantes. Sin embargo, la diferencia esta vez es que con el paso de las jornadas está evidenciándose que los granotas se van cayendo, cediendo metros y cometiendo errores que les cuestan caros. Los dos partidos en Sevilla son una prueba evidente. El Betis empató con un gol psicológico antes del descanso muy parecido al de De Jong el domingo. Entonces fue Postigo el que protagonizó una mala entrega en la medular y dejó al bloque mal colocado y descoordinado, sin las vigilancias correctas. Un escenario calcado a raíz del error de Campaña con la peculiaridad de que, como hizo Joaquín, Navas fue un martillo pilón por el costado de Toño, al que le han tocado de titular dos de los partidos más exigentes hasta el momento. Su banda, y un poco menos la derecha, fue sometida a un continuo bombardeo de balones laterales.

Aunque es imposible mantener un ritmo tan alto en 90 minutos, todavía menos ante un rival como el Sevilla, el objetivo para los granotas pasa necesariamente por mantener en la medida de lo posible la regularidad a lo largo de un mismo partido, sin tantos picos de sierra ni depender en exceso de los milagros de Aitor. El portero, así como en el gol no hizo la mejor de las salidas, volvió a estar providencial en el resto de acciones con reflejos bajo palos. Pero el equipo, al que ya le pasó lo mismo contra el Leganés pese a la victoria, volvió a sufrir mucho, tal vez más de lo necesario, sobre todo teniendo en cuenta que no tuvo un término medio después de las buenas maneras de la primera mitad.

En el apartado positivo, junto a la realidad de que Campaña va entonándose, el granota destacado fue Radoja. Sus números, con elevados porcentajes de acierto en el pase y una zona de influencia muy amplia cerca del área propia, están en el origen de las mejoría. A su alrededor hay una cinturón de seguridad que el grupo agradece. A partir de ahí, rebajando el protagonismo de Aitor y acertando en la fase ofensiva hay un amplio margen de crecimiento.

La sorpresa de Clerc por Toño

El concurso de Campaña tuvo en vilo al levantinismo en vísperas del encuentro contra el Sevilla. El andaluz, como confirmó Paco López en sala de prensa, estaba con amigdalitis y por momentos se temió por su concurso. Sin embargo, al final fue de la partida en un escenario ni mucho menos cualquiera para él. La sorpresa llegó porque el ausente en el once titular fue Clerc, el lateral izquierdo que se había hecho en propiedad con el puesto. En su lugar, tras estar inédito desde el Villamarín, repareció Toño, al que le tocó bailar otra vez con la más fea. De Joaquín a Jesús Navas para otra actuación sufrida en defensa y sin casi proyecciones, que es su fuerte.

A Paco, de todos modos, tampoco le cogió desprevenido. Clerc estaba débil después de haber sufrido durante la semana otro episodio vírico (de hecho, ni él ni el mencionado Campaña fueron los únicos), de ahí que el técnico optase por dejarlo fuera de la convocatoria. El ex de Osasuna fue uno de los cuatro descartes técnicos junto a Rochina, Iván López y un Postigo que todavía no está completamente reestablecido de su última lesión. Ahora, con seis días más por delante, el míster confía en tener a todos los jugadores a su disposición con la salvedad por ahora tan sólo de Oier.