—¿Recuerda cuál fue su último partido oficial con el Celta de Vigo?

—Sí, contra el Levante, en la última jornada de LaLiga 17/18. A partir de ahí me fui de vacaciones y estuve parado un año. Hasta ahora.

—Desde entonces, totalmente desaparecido del mapa por negarse a renovar. No habrá sido nada fácil, más aún teniendo en cuenta que era uno de los centrocampistas mejor considerados de LaLiga.

—Desde luego que no, ha sido una temporada muy dura. Estar parado, entrenándome pero sin disfrutar del fútbol, se me ha hecho largo. Pero es un periodo sobre el que prefiero no pensar mucho sino levantar la cabeza y continuar adelante.

—Pese a ese castigo, el Levante ha recabado informes y lo que les han contado desde Vigo es que su comportamiento siempre fue ejemplar.

—No tenía otra opción y también es verdad que soy así. No quería hacer ninguna tontería ni nada por el estilo, así que acepté todo lo que me dijeron y seguí entrenando como uno más con mis ya excompañeros.

—¿No hacer ninguna tontería? ¿Qué es lo que se le pasaba por la cabeza?

—Son muchos días y se te pasan muchas cosas pero al final todo lo haces por ti y siempre tuve claro que no era una buena idea hacer ninguna tontería.

—Pese a estar tanto tiempo parado, la decisión de firmar con el Levante no la toma hasta mediados de agosto. Y eso que tenía a otros clubes interesados. No se ha precipitado.

—A veces pasan algunas cosas que no dependen de ti y sí es cierto que cuando decido venir al Levante, en ese momento tenía otras opciones. Sin embargo, con ningún otro club me pasó lo que me ha pasado con este, que tuve la sensación de que tenía que firmar. Desde que empecé a hablar con ellos lo tuve muy claro. Es verdad que he tardado bastante tiempo en decidirme pero al final creo que es una buena opción. En mi vida hago muchas cosas por intuición y esta ha sido una de ellas.

—En apariencia se le ve bastante fino. ¿Ha estado trabajando en solitario durante este verano?.

—Sí, trabajaba con un preparador físico personal aunque balón no he tocado mucho, apenas en algún partido que he jugado con los amigos, pero la mayor parte de tiempo sólo físico para no perder la forma y llegar lo mejor posible.

—Aunque no tenía su ficha dada de alta en LaLiga, ¿estaba para jugar en las primeras jornadas?

—No sé si para aguantar los 90 minutos, pero para un rato sí, seguro.

—¿Qué tal sus sensaciones en el último amistoso contra el Castellón?

—Me encontré bien, no tuve ninguna molestia. No fue con la intensidad de un partido de LaLiga pero para coger el ritmo fue fenomenal.

—Aunque su posición es la de pivote defensivo, no es un mediocentro que se quite el balón de encima. ¿Dónde se siente más cómodo?

—Creo que puedo jugar también como número 8, más suelto y con llegada al área, aunque eso va a depender de lo que decida el entrenador viéndome en los entrenos.

—¿Se ve por ejemplo jugando en un centro del campo en el que forme pareja con Vukcevic?

—Yo creo que sí que podemos jugar juntos y de hecho en mi etapa en el Celta de Vigo tuve partidos en los que como decía antes era el 8.