El partido estaba cerrado y el equipo había bajado los brazos, pero no hay ninguna explicación para valorar el porqué la barrera saltó en el tanto de Timor, sobre todo teniendo en cuenta que Aitor Fernández lanzó un aviso a grito limpio de que nadie lo hiciera. Segundos antes del momento del impacto del futbolista azulón, un especialista en lanzamientos de libre directo, el meta avisó. Dejó claro que era una posibilidad importante y es que además en un balón tan cercano era más difícil que el esférico tuviera tiempo para subir y bajar. A pesar de eso, todos y cada uno de los cinco futbolistas presentes en la barrera saltó. Y el resutlado acabó siendo el gol del 4-0.

La derrota debe dejar en ese sentido claro que la actitud es mejorable. Tanto por concentración como por comunicación. En este caso Aitor Fernández no tiene ninguna culpa, ya que fue el primero que dio el aviso, pero sí los jugadores presentes en esa barrera deben sacar como moraleja que al portero es al primero que hay que escuchar. Y seguro que Paco López ya les ha tomado nota a todos.