El Ciutat de València ha albergado esta mañana el tradicional entrenamiento navideño a puertas abiertas, una de las citas señaladas en el calendario para los granotas más pequeños que han podido ver a sus ídolos en su vuelta al trabajo tras una semana de descanso y ya pensando en el partido en el partido del Wanda.

Unos 2.500 aficionados de todas las edades han llenado la tribuna del feudo blaugrana en Orriols en una sesión matinal marcada por el buen ambiente y por la presencia de familias al completo que no se han perdido la oportunidad de ver de cerca a los hombres de Paco López.

El levantinismo ha despedido con honores a sus futbolistas hasta el año que viene. Eso sí, los granotas no tienen tiempo que perder... y no tendrán descanso ni el martes 31, ni el día de Año Nuevo, ni en adelante, ya que el calendario se echa encima y el sábado tendrán que comparecer en el Metropolitano en el último partido de la primera vuelta de LaLiga ante el Atlético.

Año Nuevo... ilusión intacta

Han sido unas fiestas navideñas muy tranquilas en Orriols. Con el Levante UD noveno en la clasificación y más cerca de Europa que de los puestos de descenso (a 2 y a 12 puntos respectivamente) se ha dibujado un horizonte ilusionante para los granotas. De primeras, la plantilla y el cuerpo técnico tienen un deseo para el Año Nuevo: no sufrir tanto como en 2019 para sellar la permanencia, y está encarrilado. El año pasado a estas alturas el Levante también gozaba de cierta estabilidad, pero la distancia respecto a los puestos de descenso era de seis puntos, exactamente la mitad.

Entrenamiento de Navidad del Levante UD

Entrenamiento de Navidad del Levante UD

Por tanto, el contexto en el Ciutat de València es ahora mismo inmejorable. El subidón de las últimas victorias ante Granada y Celta continua intacto, como la ilusión de los más pequeños. Ellos son los que nunca fallan, vayan como vayan las cosas y los futbolistas han respondido, a la conclusión del entrenamiento, a las muestras de afecto de las nuevas generaciones granotas.

Ha sido una jornada festiva en todos los sentidos en Orriols. Además de las fotografías, los autógrafos o los regalos, la mañana destacó por el buen ambiente de las gradas y por la presencia de Blau y Grana, las mascotas del equipo, que animaron la fiesta de fin de año anticipada en el coliseo levantinista.

«Las vacaciones han servido para recargar pilas. Es importante este primer día de contacto con el balón para volver a mover las piernas a ritmo de entrenamiento, y más con la gente que ha venido con sus hijos y sus nietos», dijo Morales al culminar la sesión de entrenamiento. «El ratito que hemos estado con ellos nos hace sentir especiales», reconoció a su vez y emocionado El Comandante, fue uno de los más aclamados por la afición.