Orriols vuelve a citarse, este fin de semana, con uno de esos partidos con aroma a final, a duelo de los importantes por la salvación. Sí, a 8 de febrero. Las jornadas han ido pasando y por suerte el Levante UD todavía cuenta con ese tranquilo colchón sobre el descenso. La primera vuelta permitió que pese a las últimas cuatro derrotas, que han llegado de forma consecutivas, el margen todavía sea de 8 puntos.

Podrían ser justificables las recientes derrotas en el Wanda o en el Camp Nou -por aquello de la entidad del rival-, donde además la imagen del equipo no fue mala. También quizás la de El Sadar ante un CA Osasuna crecido esta temporada pese a la tremenda necesidad que ya había de volver a sumar. No tanto la derrota en casa frente al Alavés, otro de los rivales directos que ya han pasado por el Ciutat.

En este sentido, y pensando en el tramo final de la temporada, la lección está bien aprendida respecto al año pasado. Ya lo dijo Paco López en pretemporada: la base de cualquier objetivo del Levante UD (en este caso de la salvación) va a estar en Orriols, donde ahora más que nunca el cuadro granota debe crecerse y recrear ese fortín inexpugnable, empezando por el duelo de este sábado ante el Leganés.

El equipo pepinero aterriza en València reforzado en todos los aspectos. En la parcela de fichajes, con las incorporaciones de Owusu, Miguel Ángel Guerrero, Bryan Gil, Amadou y Assalé, activos para mejorar la pólvora del equipo; y en el apartado deportivo, ahora está más vivo que nunca con Javier Aguirre al mando , con ese empate en el Wanda y el posterior triunfo ante la Real Sociedad en Butarque, que han levantado la moral del vestuario.

Sea como sea, no queda otra que cortar por lo sano la mala dimámica del Levante, dejar de conformarse con esa renta que va cayendo respecto al descenso y volver a la senda del triunfo. Y todo ello hacerlo ante un rival directo, que de no hacerlo recortaría tres puntos y encendería las alarmas en Orriols.

Las tres finales del Ciutat

Si el Levante UD quiere evitar el sufrimiento del año pasado necesita hacerse fuerte cuando sea el anfitrión. En la 18/19 los números ante rivales directos, aquellos de mitad tabla para abajo, en València no fueron buenos. El Ciutat celebró los triunfos ante el Rayo, Leganés y Alavés, pero también dejó escapar puntos en las visitas de Eibar, Girona y Huesca (estos últimos acabaron descendiendo) y lamentó las derrotas ante Celta y Villarreal, otros dos equipos inmersos en la carrera de fondo por la salvación hasta el final de la temporada, como el caso de los granotas.

Los resultados de este curso tampoco están siendo impecables. Victorias ante Valladolid, Mallorca y Celta; empates ante Osasuna y Eibar; y derrotas ante Espanyol (que llegaba colista) y Alavés forman el balance. No obstante, todavía quedan tres rivales directos por visitar el Ciutat: Leganés, Granada y Betis. O lo que es lo mismo, tres finales en Orriols para dejarse la vida o condenarse al ostracismo.

Virtualmente, sin contar con otros resultados, esas tres victorias llevarían a los granotas a los 35 puntos. Si el curso pasado la salvación estaba más cara a estas alturas (Girona era el primer salvado con 24 puntos en la jornada 22, por los 18 que ahora tiene el Mallorca), todo hace indicar que el Levante podría sellar su permanencia con menos puntos de los obtenidos el año pasado (44).

La lectura comparativa respecto a la situación actual entre ambas temporadas es difusa. El Levante era undécimo el curso pasado con 27 puntos, uno más que ahora, que es décimotercero. No obstante, el descenso quedaba a cuatro puntos, la mitad que en este momento.