Tan pronto como se destapó el nombre de Hernández Hernández como colegiado del Levante-Real Madrid, la maquinaria blanca y todo lo que la rodea comenzó a preparar el duelo del Ciutat de València. El motivo: los errores arbitrales del canario en el Clásico contra el Barcelona. De ese encuentro sale la fórmula de la presión que está ejerciendo el club en torno a la figura de un colegiado que llegará a Orriols para ser mirado con lupa. Curiosamente, la temporada pasada, el gran señalado en Orriols fue Iglesias Villanueva por echar una mano a los de Solari, que todavía estaba en el banquillo del Santiago Bernabéu. Esa patada al viento de Doukouré acabó con Gareth Bale marcando desde los once metros, con el feudo granota indignado por uno de los penaltis más extraños en la historia de Primera y con el cuadro de Paco López quedándose sin premio en un gran partido. Y es que esa cita inició una racha en la que partido tras partido, el Levante salió perjudicado por los árbitros. Hasta que explotó todo en Bilbao.

Quico Catalán no se mordió la lengua tras el choque y habló del VAR y de los arbitrajes. «Es una vergüenza lo que ha ocurrido en este campo. Perdemos el respeto al fútbol. Yo que soy un enamorado del VAR, no me creo el VAR», sentenció. «Hasta ahora siempre he dicho todo con educación pero ahora como si me quieren meter 500 partidos. Es una vergüenza. El árbitro cuando vea las jugadas en casa se echará las manos a la cabeza. ¿Y el árbitro del VAR?», señaló Quico Catalán para terminar recordando precisamente la patada al viento de Casemiro y el fallo del árbitro contra el Leganés, cuando pitó una falta inexistente de Mayoral a Cuéllar que acabó en gol de CokePero el colegiado había pitado una milésima de segundo antes y el tanto no pudo subir al marcador en una final por la permanencia.

En ese cúmulo de situaciones que perjudicaron al Levante, la realidad es que aunque finalmente se consiguió la salvación en Orriols no se olvidaron de todos esos fallos. En ese contexto de polémicas con los árbitros, el famoso tacón de Morales contra el Villarreal también molestó en un encuentro que se terminó perdiendo. Y el de Gerard Moreno en La Cerámica no ayuda a mejorar esas sensaciones con los árbitros en una semana en la que el Madrid ya está preparando el terreno para meter presión, ya que después le llega el Barcelona.

El Clásico de diciembre

En la cabeza del Real Madrid el duelo contra el conjunto culé en el Camp Nou de esta temporada, la mala actuación de Hernández Hernández dejó a la afición blanca enfadada y también al vestuario. Para los de Zinedine Zidane, Varane fue objeto de falta dentro del área en dos ocasiones y ninguna de ellas fue señalada como pena máxima. De hecho, De Burgos Bengoetxea, que estaba en la sala del VAR, ni tan siquiera llamó al primer colegiado para que fuera a la pantalla a ver las acciones repetidas.

Por esas dos acciones, el Real Madrid lleva sintiéndose perjudicado durante casi dos meses, sin embargo en las últimas dos jornadas se ha visto claramente beneficiado. En la primera de ellas con una entrada muy dura de Sergio Ramos sobre Rubén García, que no vio en directo y tampoco fue llamado para verla en el monitor. Por otra parte, en el último duelo contra el Celta de Vigo en el Bernabéu, Gareth Bale cometió una falta clara de roja sobre Rafinha, pero solo vio la amarilla.