Importante en los planes de María Pry, Gemma Gili casa con el talento que se busca en las entrañas del Femenino y con los objetivos que tiene la disciplina. Conoce de primera mano lo que es el aura de la Champions, y tiene claro que en su cabeza pasa la ilusión de jugarla como granota. Fuerte de mente, su labor es un gran activo de la entidad azulgrana.

¿Cómo lleva la cuarentena? ¿Se ha acostumbrado a trabajar de manera telemática?

De alguna manera te acostumbras, pero no hay nada como el contacto diario de manera presencial. Siendo consciente de la situación y del problema, te adaptas de la mejor forma posible.

Como buena centrocampista, echará de menos el contacto con el balón... ¿no?

Sin duda. Estamos intentando entrenar para no perder la forma, pero lo que a todas nos gusta es tener contacto con el balón.

Cuatro goles, tres asistencias, importante para María Pry en la medular... Su rendimiento estaba siendo notable. ¿Le ha perjudicado parar por el estado de alarma?

En cierta manera, parar no beneficia nunca a nadie. Estoy contenta con la temporada que estoy haciendo, pero creo que siempre se tiene que aspirar a más y, también, que puedo dar más. Intento que el parón, en vez de ser algo negativo, sirva para salir mucho más fuerte y rendir mucho mejor.

Sin embargo, quizás al equipo sí que le ha venido bien este alto en el camino. Caer en Copa del Rey, en la Supercopa y ante el Atlético de Madrid fueron reveses muy duros...

Esos partidos marcaron un poco la temporada. Todas somos conscientes. Fue complicado levantarse, pero ganar en Sevilla y al Tacón en casa mostró una versión diferente. La línea empezó a ser la que nosotras queríamos recuperar antes de que sucediera todo esto.

Viene del Barça, pero sus primeros pasos fueron aquí. Tras más de diez años lejos del Levante, ¿qué cambios ha visto desde entonces?

Después de estar jugando con chicos en el Castellón, mi primer salto al fútbol femenino fue aquí en el Levante. Estaba en el C, y es cierto que el club tenía un equipo muy competitivo que peleaba por absolutamente todo. Las condiciones, en cuanto a instalaciones y a entrenamientos, son totalmente diferentes. El club siempre ha estado muy implicado con el fútbol femenino y ahora lo hace a mayor escala.

Su paso por el Barça fue exitoso. Ganó tres Ligas y tres Copas del Rey en siete años. No obstante, ¿qué aprendizaje obtuvo y que, por consiguiente, quiere plasmar ahora en su etapa en el Levante?

Cuando vas a un club como el Barça mi idea siempre era aprender. Fui muy joven. Pasé por momentos muy buenos y por otros no tan buenos. Dar ese paso a nivel mental, de intentar ser capaz de controlar tus emociones, me ha ayudado mucho, y creo que me ha hecho crecer. El fútbol es un deporte de equipo y somos todas importantes. Es una buena manera de poder aportar esa parte psicológica dentro del grupo y, a la vez, la experiencia de haber jugado tantos partidos con la presión de ganar.

Con ese balance a sus espaldas, ¿se le transmite un mensaje de ambición cuando ficha por el Levante? ¿La intención de que tenga también una etapa de éxitos como granota?

El proyecto que tiene el Levante es el de seguir creciendo. Debe hacerlo paso a paso. De no ser así, sería surrealista. El primero ha de ser entrar en Champions, y a partir de ahí, aspirar a muchas más cosas.

Ahora, y como comenta, el objetivo es entrar en Champions. Una competición que conoce de primera mano. De hecho, la temporada pasada, el Barça llegó a la final. ¿Qué se siente al disputarla?

La Champions tiene un carácter distinto. Así lo vivíamos. Cuando había una semana de Champions se palpaba algo especial en el ambiente. Es una competición muy bonita. Te enfrentas a las mejores jugadoras de Europa y es algo que te motiva a dar todo de ti misma. Quizás, durante las primeras rondas, los equipos no son de tanto nivel, pero te ayuda a crecer porque observas el fútbol que hay en otros países. Ves el nivel, jugadoras diferentes, estilos de juego distintos... Te abre la ventana de un montón de posibilidades que en el fútbol español, para bien o para mal, no existen. En la final del año pasado competimos ante el Olympique de Lyon, pero en las eliminatorias anteriores, jugamos contra el PSG o contra el Wolfsburgo. Ese es el aprendizaje que nos llevamos. En los primeros años, competir contra esos equipos era un reto muy difícil porque físicamente y a nivel técnico eran muy superiores. Esa diferencia, con el transcurso de los años, se fue reduciendo. Hay un camino que no es rápido, pero si la dirección es correcta puedes seguir cumpliendo esos objetivos.

Intuyo que su ilusión es jugarla como levantinista.

Evidentemente. Por supuesto, ese tiene que ser nuestro objetivo. Sabiendo lo bonito que es jugar esa competición, sería un gran paso hacerlo con el Levante.

La distancia con la segunda posición es de cinco puntos. A falta de ocho jornadas para finalizar la competición, ¿se ven capaces de arrebatarle la plaza que actualmente posee el Atlético de Madrid?

Sin duda. Tenemos equipo para eso. Es verdad que en tropiezos tontos estamos en la situación que estamos ahora, pero hay muy buen equipo. Lo hemos demostrado durante este año. Si fuimos capaces de levantarnos de todos esos golpes anímicos, perfectamente podemos seguir peleando y ponérselo difícil al Atlético de Madrid. Somos conscientes de lo difícil que es porque no depende de nosotras, pero no vamos a bajar los brazos.

Porque es partidaria de reanudar LaLiga Iberdrola, ¿no?

Si la situación lo permite, la idea es terminar LaLiga Iberdrola y ver qué pasa. Siempre, priorizando que la manera de jugar sea la más segura posible para todas.