Moses Simon, jugador del Levante cedido en el Nantes, ha admitido las dificultades que atravesó par adaptarse a vivir y a jugar en Europa ahora que sus números en el conjunto galo han sido muy positivos, sobre todo en el arranque de campaña. El jugador, que lleva ya siete años en el viejo continente, compareció en una entrevista a través de Instagram al portal 'Ojbsports': "Fue difícil adaptarse a la vida en Europa. Durante los primeros dos días nos pusieron en un hotel pero no pude comer la comida. Nos ponían carne de cerdo y yo no como carne de cerdo, así que sobreviví con pan y agua. Eventualmente me colocaron con una familia de habla inglesa".

El jugador granota, que muy probablemente dejará cinco millones en caja y se marchará al fútbol chino este verano narra cómo se entrenaba en sus inicios y como fue su duro camino hasta el éxito: "Me levantaba a las 5 para correr hasta las 7:30 de la mañana. Luego hacía el trabajo de pelota con Innocent Bonke, quien ahora juega para Malmöe, entre las 9 y las 11. Y luego jugaba al fútbol callejero por la tarde. Mi padre estaba en el ejercito".

Trabajó de albañil para ganarse la vida y poder costearse sus primera pruebas con equipos: "Fui a la prueba de detección con Kaduna United, que se prolongó 8 meses. Innocent y yo hicimos trabajos de albañilería para obtener dinero para el transporte hasta aquellos entrenamientos hasta que un día recibí una llamada de la academia GBS. Me ofrecieron el doble del dinero que me ofrecía la academia Kaduna, que entonces adeudaba cinco meses a sus futbolistas. El entrenador fue a mi casa esa noche para darme el dinero y dijo "vámonos". Pero no podía irme, tenía que consultar con mi familia. Mi papá no quería que jugara y sí que me quedase en la escuela. Así que elegí una escuela secundaria que jugaba al fútbol. Todavía era un niño. La academia GBS se convirtió en mi primer club con el tiempo hasta que finalmente me mudé al equipo juvenil de Ajax en Amsterdam antes del Trencin en Eslovaquia y el KAA Gent en Bélgica".