El Levante, atendiendo a las funciones de la fase de desescalada, retomó los entrenamientos en la Ciudad Deportiva de Buñol casi dos meses después de que se vieran interrumpidos por la crisis del coronavirus.

En una sesión que arrancó a las nueve de la mañana, los pupilos dirigidos por Paco López, siguiendo los protocolos establecidos por LaLiga, trabajaron separados y en cinco grupos formados por seis futbolistas. Además, la carga física y algunos ejercicios con balón fueron las actividades que se llevaron a cabo en un primer entrenamiento que tuvo noticias positivas.

Rochina, Hernani y Radoja, que se marcharon al parón con problemas físicos, mostraron buenas sensaciones y llevaron a cabo el entreno con absoluta normalidad. De hecho, el serbio, cuya lesión se antojó de mayor gravedad al tratarse de una recaída, llegó el pasado martes de su país de origen, donde estuvo tratándose de sus molestias.

Tras la sesión de hoy, el conjunto levantinista descansará mañana y volverá al trabajo el próximo lunes.