El Levante tiene nuevo estadio para finalizar la temporada. Tras descartar las opciones de jugar en el Mini de la Ciudad Deportiva del Villarreal y en Castalia, el feudo de La Nucía fue el elegido, gracias al beneplácito de LaLiga, para retomar la competición mientras acaban las obras del Ciutat de València. Unas instalaciones modernas y acordes a las exigencias que reclamaba el organismo.

En un campo de fútbol que se encuentra en un complejo deportivo de 400.000 metros cuadrados, el terreno de juego, con unas dimensiones de 105 por 68 metros, presume de tener las mismas medidas que el Camp Nou, que siete de los doce estadios del Mundial de Brasil 2014 y que los seis estadios de las Olimpiadas de Río 2016. Además, cumple con las recomendadas por la UEFA para la disputa de competiciones internacionales de alto rendimiento.

Todo ello, entre una pista de atletismo que rodea el césped, de 8 calles de 400 metros de cuerda en un soporte tecnico de caucho prefabricado de 13,5 mm, que se realizó para albergar el Campeonato Nacional de Atletismo del año pasado. Además, se renovaron también los accesos, cerramientos, parking y urbanización del nuevo Estadi Olímpic, así como las gradas, vestuarios, sala de prensa, gimnasio y diferente equipamiento.

El campo en el que jugaba el conjunto alicantino no cumplió con el reglamento impuesto cuando ascendió a Segunda División B, lo que le obligó a buscar soluciones. Pese a que estaba dentro de los planes, la construcción del nuevo estadio no solo ayudó a La Nucía a competir en la categoría de bronce del fútbol español, sino que también le sirvió para darle un valor añadido a una ciudad deportiva caracterizada por sus instalaciones de última generación. Unas infraestructuras de las que podrá disfrutar el conjunto dirigido por Paco López mientras las obras del feudo de Orriols se lleven a cabo.