El paternero José Manzanera, con apenas 29 años, se ha convertido a raíz del ascenso del histórico Sabadell en el director deportivo más joven del fútbol profesional español. Criado en el Levante, donde pasó de segundo técnico del cadete a responsable de captación de la cantera, con la llegada de Tito se buscó las habichuelas en el departamento de scouting del Córdoba y de ahí a la Nova Creu Alta, un tren al que se subió en marcha y con el que ha llegado a la estación de LaLiga Smartbank. Un ambicioso reto ante el que no se arruga: «Esta es la quinta ciudad de Cataluña y una de las 20 más grandes de España. Aquí la gente es a tope del Sabadell, es un orgullo».

Está viviendo un sueño, pero lo que se dice dormir, la verdad es que duerme poco. «Al lado de la oficina hay un bar que tengo controlado y no me importa cenar de bocadillo», dice bien entrada la noche, primer momento de respiro en todo el día. El ascenso, encima contra el Barça B, lo ha puesto en el foco por su juventud y buen hacer. «En el Levante me quedé con las ganas del salto al fútbol profesional, encima después de una buena temporada del filial, pero el descenso del primer equipo provovó cambios. En mis primeros años, con 18 o 19, casi no cobraba y compaginaba el trabajo de entrenador con los que me iba buscando por ahí de manera esporádica. En el Córdoba la verdad es que aprendí mucho, aunque fue un año complicado con un cambio de propietario. A principio de verano me llamaron del Sabadell y llegué con el proyecto ya empezado, pero el año pasado sí que estuve ya desde el principio», va rememorando.

Su decisión más trascendente fue la apuesta por el entrenador, Antonio Hidalgo, que venía de haber estado en el Larnaca con Iraola e Idiakez. «Me gusta poner en valor el buen ambiente que se respira en el club». Con los tres niveles de entrenador en regla, la conexión de Manzanera con el fútbol profesional llegó curiosamente a través de las redes sociales y de la relación que estableció en ellas con nombres a los que admiraba y que hoy son compañeros de viaje en el Sabadell. Periodistas como Axel Torres o Toni Padilla, ambos vinculados la directiva, están entre ellos. Contemporáneos suyos son también Pablo Longoria, ahora en el Olympique de Marsella, o Javier Ribalta, del Zenit ruso. Una brillante generación de jóvenes directores deportivos a los que se ha sumado otro logro.

Fútbol táctico y ofensivo

Líder durante buena parte del curso en el Grupo III de Segunda B, el ascenso del Sabadell es el de un club que llevaba nueve años intentándolo y que al final lo ha conseguido en una temporada del todo atípica en la que con independencia de los resultados «la imagen ha sido siempre buena». Un equipo reconocible con carrileros largos y fútbol atrevido, al estilo Barça, para el que aún fue más especial el hecho de superar al filial azulgrana en el play-off. «Me formé a nivel táctico para poder ayudar en lo que pueda al técnico», dice con humildad mientras su teléfono móvil no deja de sonar.