Desde que Campaña aterrizó en Orriols hace cuatro temporadas,su nivel en el centro del campo ha ido aumentando y su peso dentro del vestuario ha adquirido galones. Más allá de su veteranía como jugador azulgrana, por sus condiciones de fuera de serie. Llegó con la etiqueta de futbolista prometedor y, a día de hoy, ya es una figura contrastada en el panorama futbolístico. Posición que fue ganando con el paso de los años y de las exhibiciones, independientemente de las puntuales sensaciones disfuncionales que haya experimentado durante su travesía. Sin embargo, sus vistosas cualidades hacen que en Orriols estén siempre en guardia cuando se abre una ventana de transferencias. Sobre todo en verano, periodo en el que la transición de un curso a otro empuja a los clubes a reforzarse con garantías y sin ninguna urgencia de por medio. El medio andaluz tiene cartel y la dirección deportiva lo sabe, pero las ganas de formar un proyecto ganador es la ilusión que se respira en las profundidades del Ciutat de València. No en vano, tras un mercado veraniego en el que su marcha al Sevilla no se fructificó, las vías que tuvo abiertas están cerradas.

La última puerta que tenía despejada para salir, dentro de un margen de posibilidades seguras, era la del Sevilla. Sobre todo, después de los cantos de sirena que sonaron, hace poco más de un año, en torno a un posible traspaso hacia el Ramón Sánchez Pizjuán. Sin embargo, el mercado varió la hoja de ruta y Monchi, uno de sus principales valedores, se ha decantado por otro medio para cumplir las mismas funciones que él realiza. Ivan Rakitic, uno de los integrantes de la popular lista negra del Barça, en su intención de acometer una revolución deportiva tras una campaña deficiente (agravada tras el 2-8 en cuartos de final de la Champions contra el Bayern), regresará a Nervión seis años después de su marcha. Su cambio de aires se gesta tras un largo periodo de tiempo en el que el croata lanzó guiños a su exequipo y nunca escondió su deseo de volver a vestir la camiseta de la entidad que le hizo triunfar y le permitió dar el salto a uno de los mejores clubes del mundo. Encima, lo hace a precio de saldo. Según apuntan varios medios, los hispalenses dejarán en las arcas culés un pequeño importe. Un negocio redondo para un Sevilla que se mueve como pez en el agua en estos contextos.

De esta manera, la incorporación de Rakitic tumba la opción de que Campaña recale en el conjunto andaluz. Pese a las muestras de cariño procedentes de Monchi y de ser considerado como el idílico sustituto a la sensible baja de Banega, la rentabilidad económica prima en un mercado marcado por la crisis del coronavirus. Su cláusula de 60 millones permite la posibilidad de habilitar una marcha por la mitad e, incluso, por menos de treinta. Además, existe, tal y como informó este diario, un acuerdo verbal para facilitar una salida a un destino cuya dimensión competitiva sea mayor. No obstante, las vías del Sevilla y del Villarreal, disciplina que también quiso firmarle, pero que finalmente se decantó por Dani Parejo, se descartan y se expone un nuevo escenario: que José Campaña lidere la medular levantinista por quinta temporada consecutiva. Una situación que, en caso de darse, sería bendecida por todas las partes que componen el escudo del Levante Unión Deportiva.

El fútbol de Paco López es incomprensible sin la pieza del ‘24’. El sevillano pausa, acelera y le da sentido a lo que quiere el técnico de Silla en transición ofensiva. También, es capaz de responsabilizarse del peso del juego. Y además, sus años luciendo la zamarra granota hacen que exista un sentimiento de pertenencia y admiración entre la afición. Su permanencia, deseo de la dirección deportiva, sería, como el año pasado, el mejor fichaje.