De no haber sido por el golazo a última hora de En Nesyri, el nombre propio del Levante en el Pizjuán habría sido el de Son. Para el lateral derecho fue su debut en Primera a los 26 años, una edad tardía como lo fueron los 27 de Morales. Suficiente para engancharse a la élite. Sobre todo si mantiene el nivel que en su carta de presentación contra el Sevilla. El excanterano, miembro del filial en la 16/17, terminó de cogerse el curso pasado en las filas de la Ponferradina, con quien se erigió para muchos en el mejor lateral de la categoría. La secretaría técnica le echó rápidamente el ojo, Paco López avaló sin dudarlo la candidatura y Quico Catalán dio luz verde para que se cerrara la operación a principio de año, cuando varios Primeras estaban tomando ya posiciones.

Las buenas sensaciones que dejó en su primer día no hacen más que reconfirmar el pleno con los fichajes de Segunda. Ha sido la apuesta deportiva del club por un mercado competitivo a más no poder en el que la relación calidad-precio está garantizada. Son llegó con la carta de libertad bajo el brazo, su ficha está lejos del escalón salarial más alto y a día de hoy es un activo revalorizado deportiva y económicamente. Como pasó con Malsa, la labor de anticipación ha sido clave.

El Levante se coló en el fichaje de Son entre cuatro clubes en la puja, tres de ellos de Primera ahora mismo. El que más empeño puso fue Osasuna pero a su puerta también llamaron Granada y el ascendido Elche. Por el camino se quedó también el Mallorca. Al esprint final llegaron rojillos y granotas, favorecidos por la celeridad en sus movimientos. Resultó clave que la negociación se cerrara antes de la pandemia. Y es que no hay duda de que la previsión y el trabajo de campo ha sido fundamental no sólo en su caso sino en el de todos los refuerzos de este verano. Además de Malsa, con Dani Gómez y De Frutos las gestiones también estaban adelantadas de tiempo atrás.

Seguro, preciso y polivalente

Relegado por Miramón en las primeras jornadas, Son fue una de las grandes novedades en el Pizjuán, donde Paco decidió ventilar la defensa y cambiar de laterales. La exigencia del escenario y el rival no se le hicieron bola y su rendimiento fue notable desde el primer minuto. Jugando de lateral se desplegó hacia arriba y abajo, no perdió marcas ni apenas le ganaron la espalda. Ni siquiera en el peor tramo, cuando al inicio de la primera parte al equipo le costó superar líneas. Además, con el balón estuvo sosegado y preciso. Y cuando el técnico pasó al 3-5-2 ocupó el carril sin mayor problema, lo que habla de su polivalencia y de la competividad en un puesto con dos jugadores contrastados ya como Miramón y Coke.

A nivel interno, uno de los aspectos mejor valorados es que todos los fichajes han debutado con buen pie. De Frutos fue la sensación de la pretemporada, Malsa se estrenó a lo grande en El Sadar y Dani Gómez, al que le perjudicó su periplo con la sub-21, ya ha adelantado en la rotación a Sergio León.