Este viernes se cumple un año desde que Raphael Dwamena tuvo que dejar el fútbol cuando estaba jugando en calidad de cedido por el Levante en el Zaragoza, por una afección cardiaca que tras nueve jornadas de Liga le empezó a producir problemas serios. Consultó con especialistas que le desaconsejaron volver a hacerlo y otros sí vieron posibilidades en que regresara con una cirugía, y tras implantarle en el Hospital Miguel Servet un desfibrilador automático implantable y desvincularse del Levante, este verano recaló en Vejle Boldklub de la Superliga danesa, donde ya ha jugado cuatro partidos, anotando dos goles.

En declaraciones a 'El Periódico de Aragón' el ghanés afirma que nunca perdió la fe y que además está convencido de que no volverá a tener contratiempos, precisamente por su fe en Dios: «Sabía que volvería a jugar porque Dios siempre es fiel y siempre está conmigo. Creo que Dios es quien cuida de mi corazón. Puedo tener síntomas de problemas cardiacos u otras cosas, pero nunca tengo miedo. Dios está conmigo». Ahora vuelve a disfrutar del fútbol: «Tras tanto tiempo sin hacerlo, el jugar de nuevo a nivel profesional es una gran sensación. Sé que jugaré al fútbol siempre que pueda hacerlo y repito que no estoy asustado. El Vejle BK me ha dado la oportunidad de jugar otra vez y lo estoy disfrutando mucho. Me encantaría jugar al fútbol durante mucho tiempo más, pero Dios es quien decide, no yo. Mientras él me dé vida y fuerza, jugaré para glorificarlo».