La entrevista a Quico Catalán se desarrolla en la sala de juntas del Ciutat. El ruido de las maquinarias es incesante. Al presidente le resulta imposible disimular el orgullo por el desarrollo de las obras. No se llega a tiempo para el Celta. Pero todo está ya a punto.

—Se escuchan de fondo las máquinas, las grúas y a los operarios. ¡Qué satisfacción ver el estadio así!

—Creo que la gente no es consciente de lo que está ocurriendo aquí dentro. Es verdad que hemos visto miles de fotos y nos decían que estábamos saturando. Pero la gente también nos lo pedía. Es una pena que tengamos ahora que retrasar 15 días el regreso. Pero va a ser bonito. Y eso va a ser la fase 1, que luego vendrá la 2. Pero bueno, esta parte va a ser espectacular y la gente se va a sentir super orgullosa. A finales de noviembre más o menos estará listo y va a ser espectacular todo.

—¿Fue muy duro en plena pandemia el momento de tirar adelante?

—Marzo y abril fueron muy difíciles. Cuando para el fútbol y no sabes si va a volver. Puff. Al final es un momento de máxima tensión. El efecto negativo que suponía para el club era muy grande. Menos mal que LaLiga se reactivó y es verdad que tuvimos que tomar una decisión que era irnos para volver y tener el campo acabado. Porque si no materialmente habría sido muy difícil con lo que hemos visto. Habría sido terminar toda la obra, con lo que eso suponía y tener parte del material en almacenes, los italianos con el cable fabricado y con problemas de fabricación por el Covid. Nosotros lo vivimos antes porque uno de los principales contratistas es italiano y afectó en sus factorías. Pero el tiempo al final nos ha permitido dar la razón de que acertamos en ese riesgo que asumimos porque si no habría sido muy difícil.

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