Con sólo una derrota en sus últimos once partidos oficiales, Paco López estuvo diseccionando ayer a un Granada «sólido, competitivo y fuerte, con jugadores que van muy bien para la idea y el estilo que tienen». Varios de esos futbolistas habrían encajado perfectamente en su Levante y de hecho estuvieron en la agenda: Luis Milla, Machís y Soldado. Incluso hay un cuarto, el valenciano Jorge Molina, aunque el interés es más lejano: Tito y Carmelo se reunieron con él pero económicamente se subió a la parra y terminó fichando por el Getafe. Pedía 700.000 de ficha en Segunda y más de un millón si jugaba en Primera.

El que más recientemente ha estado en la órbita es Luis Milla. En el caso de haber traspasado a Campaña era el objetivo número uno para el centro del campo. Desde el club se produjeron contactos con el Tenerife, pero los cinco millones de traspaso eran prohibitivos ante la incertidumbre de un mercado en el que se terminó por no concretar ninguna propuesta por el hoy flamante internacional granota. «Demostró un gran nivel, tiene buen pie y se está adaptando muy bien al estilo que tiene el Granada», dijo Paco, que prefirió pasar de refilón.

Por Milla nunca se hizo una oferta pero sí por Machís. El Levante pujó dos veranos seguidos por su fichaje. El último, el de 2019, cuando la presencia de Manolo Salvador, que lo había tenido en el Granada, reactivó el interés. Aunque el club estaba ya al límite, la propuesta rondó los dos millones. No se pasó de ahí. El Granada lo tenía adelantado con el Udinese y en aquel momento no se trataba de un fichaje estratégico. Machís venía de una muy buena Copa América pero aún no había explotado en la élite. El último medio año lo había jugado cedido en Segunda con el Cádiz.

El tercer granadista en el camino granota fue Soldado, también ese mismo verano. A sus 34 años acababa de quedarse libre después de su etapa en Turquía y se perfilaba como una de las alternativas a Borja Mayoral. Los contactos con sus representantes nacieron a raíz de los que se habían producido por Rubén García. Finalmente Mayoral salió adelante y el valenciano no logró el quórum suficiente para que se apostara por él pese a que Paco López no lo veía con malos ojos. Su rendimiento mejoró los pronósticos más optimistas en su regreso a LaLiga: siete goles en 33 partidos. Y cuatro más en los seis de la Copa.

Rescatado ahora del Getafe, Jorge Molina llegó a tener avanzado un acuerdo de dos temporadas con el Levante. Sin embargo, se congeló a la espera de aligerar una nómina en la que figuraban Rafael Martins, Deyverson o Casadesús. El paso de los días sin mover ficha precipitó un ultimatum y su aterrizaje en el Getafe. Y eso que la preferencia del delantero alcoyano, que acababa de ser padre, era afincarse en València.