«Bien, granotas, arriba, despertad y no olvidéis que el Levante ha empatado a uno». Como en el día de la marmota, es la frase que se repite en Orriols. Cuatro jornadas atrapados en el tiempo. Y la sensación de que el colchón se agota. El equipo juega el viernes en Valladolid y luego recibe al Getafe. De nueve partidos ha ganado uno, el de Osasuna hace ya la tira. Las sensaciones de los ratos buenos no dan para más. Detrás de los datos que hablan de un equipo superior a sus rivales pero incapaz en las áreas hay un círculo vicioso cada vez más peligroso. Para los de Paco López el mito de Sísifo es que los malos resultados hacen mella en la confianza y sin confianza los buenos continúan sin llegar.

El parón sirvió para dejar claro que la confianza en Paco López sigue intacta, al menos la del vestuario y el área deportiva. En el Consejo no es nueva la existencia de un sector que tradicionalmente ha tomado distancia, pero los detractores del técnico son la excepción. El club ha apostado por un modelo y un estilo para el que el de Silla es la persona ideal, así que el análisis va a ir más allá. Pese a la crispación de una nueva jornada sin cortar la dinámica negativa, Paco no está cuestionado. Pero también es cierto que las señales de alarma siguen encendidas y que cualquier escenario está supeditado a los puntos. Es un mal momento deportivo, no hay duda. Y tanto el míster como su cuerpo técnico están enel ojo del huracán. El respaldo no está reñido con la exigencia y la presencia de todos sus miembros en la reunión con el área deportiva es bastante sintomática.

El partido contra el Elche volvió a dejar de manifiesto que los resultados están pasando factura. Han pasado tres partidos desde el gol injustamente anulado a Dani Gómez y no se levanta cabeza. La diferencia esta vez fue que al menos el equipo se adelantó en el marcador. Sin llegar a romper, con una buena presión pero los mismos problemas de eficacia, mereció mucho más en la primera parte. Pero luego perdió fuelle de manera aparatosa. Las imprecisiones hicieron acto de presencia, el cambio de Rochina no llegó hasta el gol del 1-1, el Elche ganó terreno y la apuesta por resguardarse, al estilo de lo que ya ocurrió en el Pizjuán, volvió a salir rana.

Un bucle envenenado

Las causas se repiten. Paco López aireó el once titular con la presencia por primera vez de los cuatro fichajes al mismo tiempo. Savia nueva a costa de Rochina, con Campaña en el eje en lugar del recuperado Vukcevic o el relegado Radoja, extremos naturales, Melero de mediapunta y Postigo antes que Duarte tirando de galones.

De salida una apuesta potable. Pero con el fuelle justo. Después, lo de siempre. Fallo a balón parado defensivo, ausencia a la espera del mejor Roger de un killer, mal manejo de los tiempos y Campaña desaparecido en combate. Desde el debut como internacional no ha dado pie con bola. Sus rifirrafes con el tiempo cumplido estuvieron fuera de lugar. Tampoco tocaba que las faltas las botara él habiendo mejores lanzadores y otro tipo de ensayos durante la semana.

En las dos semanas sin fútbol por el calendario internacional, las conversaciones han sido continuas y fluidas con el ánimo de resetear y corregir errores. Sin embargo, eso es tan cierto como que, tal y como reconoció el propio entrenador no ha habido nada demasiado especial en el día. Hubo charla y análisis post-partido tras el Alavés. Pero la semana siguiente arrancó con absoluta normalidad. Este lunes empieza una nueva con partido el viernes contra otro rival directísimo. La reacción es urgente. Paciencia hay mucha, pero nunca es infinita.

Otra vez en zona de descenso

El empate contra el Elche al menos sirvió para dormir la primera noche fuera de la zona de descenso. No la segunda. La victoria del Valladolid en Granada condena a los de Paco de nuevo a la antepenúltima posición. El partido del viernes adquiere de esta manera tintes de urgencia. Pos debajo de los granotas están solo Celta y Huesca, ambos con los mismos puntos pero peor coeficiente de goles. Situación muy preocupante con solo una victoria y cuatro empates después de nueve partidos y con el del Atlético pendiente.