José Luis Morales firmó por el Levante en la temporada 2011/12 y desde entonces ha vivido una década de éxitos, crecimiento y un protagonismo casi inesperado por él mismo. Aterrizó en un filial que estaba en Tercera y actualmente es el segundo jugador con más partidos en la historia del primer equipo. Dejó Fuenlabrada para llegar a Buñol siempre con la cabeza puesta en alcanzar el primer equipo. Y vaya si lo ha logrado. Capitán, leyenda y uno de los futbolistas bandera de ese crecimiento que ha vivido la entidad en todos los aspectos. Con su encuentro en El Alcoraz alcanzó los 245 choques y superó de esta manera a Juanfran García. Ahora el único jugador que tiene por delante es Félix Ettien.

Aterrizó por casualidad en el Levante. El club, que iba buscando un central, vio a Morales en un encuentro del Fuenlabrada en la 2010/11 y el resto es historia. Llegó al filial en la 2011/12 y el equipo ascendió tras coger la plaza del Dénia. En Segunda B el equipo estuvo a un nivel fantástico y terminó tercero. El Bilbao Athletic apeó a los de José Gómez pero Morales se marchó a Eibar tras su buena temporada. La cesión fue perfecta. Jugó 38 partidos, ascendió con los armeros, marcó tres goles y se ganó un puesto en el conjunto granota. Y ahí no ha dejado de crecer también en lo goleador.

La 2014/15 fue su debut en Primera. Llegó tarde. Con 27 años y después de haber remado mucho la oportunidad estaba delante de sus ojos. Y precisamente su primer gol en la máxima categoría llegó contra el Eibar en Ipurua. Después llegó uno de los grandes momentos de su carrera. El estreno como goleador en el Ciutat de València llegó de la mejor manera posible. Con un zapatazo para el recuerdo y además en un Derbi contra el conjunto de Mestalla. Morales volvió loca a una grada que detectó, ya en ese encuentro, las grandes virtudes del Comandante. Ese gol de hecho define muy bien cómo es su fútbol. Metros, velocidad, carrera y gol. En esa ocasión fue con la zurda y directo a la escuadra. Con su pierna menos hábil también le marcaría a Courtois hace tan solo unos meses. En esta ocasión sin conducción, pero también con un latigazo que desató la locura en un Ciutat que en innumerables ocasiones se ha levantado para despedirle con una gran ovación. Y esa del Madrid fue la última.

No todo han sido alegrías sin embargo para el jugador granota. En su primera gran temporada en la máxima categoría, la segunda, anotó siete goles y dio seis asistencias. Números importantes que no fueron suficientes para lograr la permanencia en Primera. En Segunda sin embargo llegó su año más difícil. Marcó cuatro goles y dio cuator asistencias. Titular habitual, la realidad es que su temporada fue intermitente, pero de nuevo en Primera explotó su mejor versión. Por números y por sensaciones.

El Morales de la 2017/18 hizo 10 goles y dio 8 asistencias de gol. Buena parte de la salvación está en su estado de forma, más aún teniendo en cuenta que Roger estuvo lesionado gran parte del curso por una rotura de ligamento cruzado en pretemporada. Se echó el equipo a la espalda y respondió de la mejor forma posible. La 2018/19 aún fue mejor. Un 12+5 de goles y asistencias. Y más allá incluso de los números, el impacto del Comandante es total en todos los niveles.

sueños cumplidos El ‘11’ granota, además de marcar golazos, también ha hecho goles en campos especiales para él en lo personal. Uno de ellos fue el del Santiago Bernabéu, en una jornada además en la que el equipo ganó, y él cumplió un sueño. «Es una alegría muy grande poder marcar en el Bernabéu, que era un sueño ya poder jugar en ese estadio cuando de pequeño iba a verlos. Ahora lo ha podido disfrutar mi familia, mis amigos y es una alegría tremenda porque el gol valió para conseguir tres puntos muy importantes», explicó el jugador. Sobre su éxito en el club, el madrileño reconoce que es algo inesperado incluso para él. «Cuando llegué no me esperaba conseguir estos números, sí que sabía que era una buena oportunidad para mí y lo único que me queda por soñar y conseguir con el Levante es clasificarnos para competición europea y pasear el escudo por Europa», destacó hace solo unos meses, cuando también quiso agradecer a la grada todo el cariño que le ha demostrado durante todo este tiempo. «La afición siempre me ha tratado con mucho cariño, cuando he estado bien y no he estado tan bien y es una parte importante para estar a gusto en el club y hace que uno tenga ganas de seguir creciendo y demostrar lo que tiene dentro del campo», explicó el Comandante.