El gran protagonista del último partido lo sigue siendo en esta salida y entrada de año pero no por sus golazos sino por su situación contractual. A partir de este jueves Morales es libre para negociar con cualquier club, ya que se encontrará a seis meses de la finalización de su contrato y aún no ha renovado. Aunque ni por la cabeza del Comandante ni por la del club pasa la posibilidad de separar sus caminos, la realidad es que el momento de darle forma al acuerdo verbal para su continuidad se ha ido retrasando primero por los problemas con el fair-play y después por los efectos del Covid-19. Quico Catalán le dio su palabra tanto a él como a su agente y tiene previsto cumplirla, lo que no quita para que el capitán lleve dos años de espera. Camino de los 34 años el suyo tampoco es un caso cualquiera, sino el del jugador de los récords en Orriols.

Hasta que el cuerpo aguante

La singularidad del caso de Morales es tal que la idea tanto suya como del club es encontrar la fórmula para que sea de por vida. Es decir, hasta el momento en el que decida colgar las botas y más allá. El vínculo entre las partes está fuera de toda duda después de haber demostrado que su objetivo no es otro que poner fin a su carrera en Orriols. No se ha querido ir nunca pese a las millonarias ofertas que le han ido llegando, sobre todo desde China.

Gracias a sus dos golazos contra el Betis, el Comandante se confirmó con seis como el máximo artillero del curso, mientras que con 42 encabeza también la clasificación histórica en Primera División. Y con 245 oficiales, solo Félix Ettien lo supera en partidos con la camiseta azulgrana. Cifras que hablan del futbolista más relevante que ha pisado el Ciutat y que llegan curiosamente en un momento en el que ha perdido su condición de intocable.

La del pasado martes fue su segunda titularidad en los cinco últimos partidos, víctima de la mini-revolución con la que se ha enderezado el rumbo tras el empate en Pucela que marcó un punto de inflexión. El propio Paco López se deshizo en elogios al confesar que su «secreto» es cómo se entrena y, ahora que ha sido suplente, poner en valor lo que aporta con independencia del rol que le toca jugar: «Ya sabemos lo que significa para este equipo y para este club y estamos superorgullosos de tenerlo».

Autor en Mestalla de otro doblete y de dos goles más que sirvieron para sumar ante Osasuna y Alavés, lo cierto es que no es un futbolista que acostumbre a dar buenos resultados cuando sale del banquillo pero sí cuando es titular. En ese sentido, el propio jugador ya se sinceró a finales de la temporada pasada cuando confesó que pese a que el interés de ambas partes es llegar a un acuerdo, aún deben pulirse algunas condiciones: «La renovación la enfoco por la misma línea que tenía al principio. Es verdad que por rendimiento puede ser que haya alguna 'disputilla', pero creo que llegaremos a buen puerto y que terminará habiendo acuerdo».

Cinco casos más

Morales no es el único granota que termina en junio pero la situación económica ha empujado al club a tomarse las renovaciones con calma con la única excepción del blindaje de Roger, única operación que se ha cerrado desde que empezó la competición. Ni siquiera se ha abordado de manera formal la continuidad del área deportiva, aunque la voluntad en este caso también pasa por prolongar el proyecto dos años más.

Las negociaciones con Rochina se encuentran estancadas desde hace semanas y todo apunta a que, salvo sorpresa, no continuará por las diferencias alrededor de la duración. Al borde de los 30 años, el valenciano exige un nuevo contrato de cuatro temporadas, mientras que el club llegaría como máximo a tres incluyendo fijo y variables, además con unos emolumentos sensiblemente inferiores. El futbolista ha rechazado las ofertas que le han ido pasando. Hubo un momento antes de que se lesionase a principios de temporada en el que se abrió la puerta a un posible traspaso. Quedó en nada.

También se termina el vínculo de Miramón, con el que la idea pasa por una propuesta para que continúe pese a la reciente resurrección de Coke Andújar y la irrupción de Son. Cuando llegó libre del Huesca solo firmó por dos temporadas. Su caso es bastante atípico, ya que a sus 32 años se ha instalado en Primera como lateral después de una carrera como centrocampista.

Llega también a su fin de contrato de Óscar Duarte, favorecido por la no renovación de Bruno y la realidad del mercado para agotar su estancia en Orriols. Y termina otro fijo como es Sergio Postigo, aunque con 25 partidos renueva un año más de manera automática. Una barrera muy asequible para un hombre de la confianza del técnico y que solo tiene delante a Vezo.