La derrota en la Supercopa hizo mucho daño a la moral del vestuario granota y justamente el Atlético volvía a cruzarse en el camino del equipo de María Pry. En ese volver a tropezar o levantarse con mejor fuerza, la segunda opción fue la ganadora. Y de qué manera. Dominio total y recital del Levante con un 3-0, idéntico marcador al sufrido en Almería, para dar un golpe sobre la mesa en las aspiraciones europeas.

El miedo a los primeros minutos podía marcar el choque entre Levante y Atlético. El triste recuerdo de la Supercopa, aún muy presente, era sin duda ese muro a derribar en los instantes iniciales para las jugadoras de María Pry, que salieron con todo e intimidando a las rojiblancas. El duelo Esther-Tounkara fue el gran atractivo de los primeros diez minutos y a partir de ese punto creció el equipo, que puso a prueba a Lindahl muy pronto. Jucinara, apareciendo desde la izquierda, disparó pero la meta estuvo acertada y envió el balón a córner. En el mismo saque de esquina Toletti lo intentó en el rechace pero su disparo se marchó fuera. Más allá del fallo, el guión era positivo. El Levante se había demostrado a sí mismo que podía pasar por encima de las rojiblancas, quienes no le dieron opción hace solo unas semanas en esa Supercopa.

Con la defensa de tres, el Levante cerró el recurso del balón largo de Ludmila y el Atlético se bloqueó. Todo lo contrario un Levante crecido y ambicioso. En una contra, Esther acudió muy bien a la banda, Tounkara falló en la línea del fuera de juego y la delantera cedió desde el costado con un centro medido para Banini que con la tibia, poniendo muy bien la pierna, envió el balón al fondo de la red.

A partir de ese momento se mantuvo el guión. El Levante bien posicionado, haciendo daño tras robo y con una Esther dominadora en todos los sentidos. A pesar de eso, el conjunto de Sánchez Vera tiene mucha calidad y logró llegar con peligro en dos ocasiones seguidas en la primera parte. El golpeo lejano de una jugadora rojiblanca se encontró con María López y en el córner, el remate a bocajarro de Laia se encontró también con la meta, que curiosamente no fue titular en la final de la Supercopa.

A la salida de los vestuarios el guión fue idéntico al del arranque del choque. Y además, las de María Pry se encontraron pronto con un regalo de Tounkara, totalmente superada, que vio como el balón se le metía por las piernas y dejaba a Alba Redondo sola mano a mano con Lindahl. Y el segundo subió al marcador. Alba aún tuvo tiempo de avisar primero y marcar después el tercero para sumar su doblete particular. Una mala salida rojiblanca y gran presión de Alharilla, permitió a Toletti asistir a la atacante que cerraba el marcador del encuentro.