Preocupación por el bache de Malsa

Encadenó 20 titularidades seguidas, pero su protagonismo ha caído considerablemente

Preocupación por el bache de Malsa

Preocupación por el bache de Malsa / SD

Rafa Marín

Rafa Marín

El guiño que Pedri le hizo la semana pasada al incluirlo junto a Modric y Benzema en el Top-3 de jugadores que más le han impresionado fue un espaldarazo para Malsa, que se encuentra en su momento más bajo desde que llegó a Orriols. El centrocampista que en el Mirandés «no sabías nunca por dónde se iba a girar» fue una de las sensaciones del principio de temporada y así se evidenciaba con sus espectaculares números. Sin embargo, su concurso en el equipo ha ido a menos, especialmente en los últimos cuatro partidos de Liga.

Los ha empezado todos en el banquillo y apenas ha promediado 20 minutos en el campo: 33’ contra Athletic y Real Sociedad, 18’ ante el Valencia y 13’ con el Betis. Un promedio que choca de frente con las 20 titularidades que llegó a encadenar desde su estreno en la jornada 2 en Pamplona hasta su primer descanso contra el Granada en la 22. Una diferencia visible en la que se lee un toque de atención por parte de Paco López, para el que llegó a ser un indiscutible pero que está enfrascado ahora en recuperar su mejor versión. Ni siquiera el lastre de bajas en la medular han evitado que Malsa pierda peso en las alineaciones. Salvo en la vuelta de la semifinal de Copa porque no había más cera que la que ardía, en el resto de partidos el míster ha optado por otras opciones.

Las lesiones de Malsa

De cara al partido mañana contra el Huesca, el panorama ha cambiado bastante poco. Campaña se entrena con el resto del grupo, pero Melero y Radoja vienen de una temporada en la enfermería, mientras que Bardhi estará recién aterrizado de Macedonia y de momento la participación de Doukouré ha sido testimonial.

Todo eso contando con el último contratiempo de Vukcevic, lo que prácticamente obliga a recurrir de nuevo a Rochina. Aunque ha llegado a jugar con molestias, lo cierto es que Malsa es uno de los pocos jugadores de la plantilla que no se ha lesionado, lo cual habla bien de su preparación y fortaleza física. En algún partido fue visible cómo se frenaba antes de disparar a portería desde lejos para no correr riesgos, pero quitando eso sus guarismos han sido siempre notables.

Toque de atención en Buñol

Las necesidades del equipo, además, han coincidido con las cuatro amarillas que arrastra desde el encuentro contra el Real Madrid, al filo de la navaja de cumplir ciclo. El acierto del fichaje está fuera de toda duda pero en este momento para el Levante es una obligación recuperar su anterior versión. En sus mejores partidos promedió porcentajes del 90 por ciento de acierto en el pase, lo que en su caso tenía más mérito porque la mitad eran hacia adelante, tal y como exige el míster. La diferencia con los últimos tiempos es que ese promedio ha bajado y motivado peligrosas perdidas y menos flujo de juego. Es lo que ha motivado de puertas para adentro conversaciones en la caseta y un toque de atención enfocado a provocar un punto de inflexión en un futbolista que sigue estando llamado a hacer grandes cosas en el Levante.